Taxistas contra UBER

Por: Leopoldo Tlaxalo Jaramillo

Líderes de organizaciones de taxistas se manifestaron y obligaron a sus empleados a parar sus unidades enfrente del tranvía del recuerdo como medida de presión para impedir que las autoridades tanto estatal como federal aprueben el ingreso en el Estado de Veracruz de la aplicación Uber, un servicio de taxi privado que podría generarles pérdidas económicas a los maestros del volante, quienes obviamente no quieren ser desplazados en el servicio que ofrecen a los consumidores, pero tampoco hicieron ninguna propuesta para mejorar el servicio. 

Saben que los usuarios ya están hartos del servicio que ofrecen los taxis de la zona conurbada Veracruz- Boca del Río y en general del Estado de Veracruz, porque cobran lo que se les da la gana sin respetar el tarifario que les dio la dirección de tránsito. Y es raro que el cliente insatisfecho acuda a la dirección de tránsito o transporte a reportar al chofer abusivo, generalmente esos trámites les parece una pérdida de tiempo a los ciudadanos. Lo que no dijeron los líderes de organizaciones de taxistas durante su manifestación fue las condiciones deplorables en las que se encuentran sus unidades y las condiciones en que tienen trabajando a sus empleados: sin seguridad social, con sueldos de 10 o 12 horas diarias, entre otros detalles que tienen que soportar los ruleteros porque tienen una familia que mantener.

Encontrar un empleo en esta temporada en la que la mayoría de las empresas están cerrando sus puertas es difícil para todos los sectores. El empleado no se puede dar el lujo de balconear las malas condiciones en las que su jefe lo tiene trabajando, por eso los taxistas se niegan a decir públicamente todo el viacrucis que padecen cuando están frente al volante. Corren muchos riesgos, como enfrentarse a la delincuencia que los puede dejar sin calzones con los robos a mano armada. Ellos tienen que andar corriendo por las calles para ganar pasaje y no siempre lo logran pues hay mucha competencia, más de 15 mil taxis. Esto se debe a que durante un tiempo se repartieron placas a diestra y siniestra y nadie hizo nada por detener esto. 

Los líderes de taxistas se enriquecen y a sus empleados les pagan una miseria. Los líderes siempre han vivido a costillas del PRI, llevando a la gente a votar por el partido oficial el día de la elección, acarreando gente en eventos de campaña multitudinarios, demostrando el músculo a favor de tal o cual candidato, poniendo medallones de apoyo a favor de tal o cual candidato e impidiéndoles a sus empleados que traigan publicidad de otros candidatos que no sean los priistas.

Durante mucho tiempo los taxistas no se han preocupado por mejorar el servicio que ofrecen, sabían que eran los únicos que podían brindarle ese servicio a los jarochos, por eso ahora pegan de berridos ante la posibilidad de que haya competencia que les pueda dar en la torre económicamente. Se oponen rotundamente a que nosotros, los veracruzanos podamos acceder a un mejor servicio, no están pensando en lo que nosotros necesitamos, sino en sus propios intereses. Los usuarios son los que tenemos que elegir si entra o no Uber porque somos los que padecemos los malos tratos de los conductores, el gobierno puede decir misa pero usted rara vez verá a algún funcionario transportándose en taxi, ellos traen camionetas de lujo y nunca utilizan ese servicio. No van agarrados a veinte uñas cuando el chofer excede el límite de velocidad. 

Si Uber entró a la ciudad de México y está por ingresar a otros Estados de la República Mexicana, ¿por qué no va a poder entrar a Veracruz?, ¿por qué un grupo de taxistas se oponen porque les afecta sus intereses?, ¿y los ciudadanos qué?, ¿acaso no importa nuestra comodidad, lo que nosotros pensamos?. Desafortunadamente esta decisión, de que entre o no Uber al Estado de Veracruz, depende de las autoridades estatales y federales, quienes son capaces de complacer a sus aliados los líderes de organizaciones de taxistas, mientras nosotros como usuarios tendremos que seguir soportando los inconvenientes de viajar en taxi…y peor aun viajar en camión. 

La mayoría de los usuarios de las redes sociales aprueban que ingrese Uber a Veracruz porque la competencia es buena y es benéfico que los usuarios podamos elegir entre dos servicios y decidirnos por el que más nos convenga. Lo que está mal es la actitud de los taxistas que dicen que son capaces de detener la marcha de los carros particulares que ofrezcan servicio de Uber, pero no sólo quieren detenerlos, amenazan con incendiar sus unidades y golpear a los choferes. ¿Qué necesidad de llegar a extremos violentos?, ¿Por qué la amenaza?. 

Eso es lo que quieren los prestadores del servicio Uber, que les incendien sus unidades y los taxistas jarochos queden evidenciados a nivel nacional como seres violentos e irracionales. Existiendo el diálogo no es necesario llegar a los golpes. Mejor que inviertan en mejorar sus unidades de alquiler y capacitar a sus empleados para que brinden un buen servicio. Por las pistolas del líder transportista Carlos Sosa Madrazo, el que tuvo que dejar de prestar el servicio de Ride ejecutivo fue el líder de los taxistas GL, Guillermo Larios Barrios. Esto provocó que alrededor de 40 familias se quedarán sin sustento. Y ante esto, no hay ninguna autoridad de tránsito o transporte que pueda auxiliar a Larios, él simplemente estaba ofreciéndole un servicio de más calidad a los usuarios, el cual tenía mucha demanda. No es justo que unos se queden sin empleo por capricho de otros. 

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