José Antonio Izquierdo Sánchez, un laico que donaba alimentos y su trabajo al albergue Caritas de la parroquia La Divina Providencia, fue asesinado la mañana de este sábado cuando se disponía a repartir alimentos entre personas desempleadas por la crisis del Covid-19 en el sur de Veracruz.
El padre encargado de esa parroquia, salió a darle la última bendición y a pedir que su alma caritativa fuera admitida en el cielo.
Con dolor y pesar el padre lamentó que la violencia se hubiera llevado a otro hombre bueno.
Con el olor a pólvora y sangre en el ambiente, otros voluntarios se sumaron a las oraciones y a recordar que se trataba de una persona buena que estaba apoyando a los más necesitados en medio de la crisis económica provocada por la pandemia.