Lo buscan revisteros y dueños de medios de comunicación para que les pague

Observador veracruzano  Leopoldo Tlaxalo

allberto silva

El que llegó a cerrar el changarro en el último suspiro de la administración de Javier Duarte de Ochoa es el director de Comunicación Social de Gobierno del Estado de Veracruz, Alberto Silva Ramos. Ese fue su premio de consolación que le dio su amiguito el gordo porque no le dieron la candidatura a la gubernatura de Veracruz. En el fondo Silva sabía que no podía aspirar tan alto, pero le dieron falsas esperanzas.

Algunos periodistas, por encargo, se han dado a la tarea de defender al anterior director de comunicación social, Juan Octavio Pavón, quien tenía buenas intenciones, pero no contaba con recursos económicos para pagarle a los dueños de medios de comunicación con los que Duarte tiene adeudos. Lo buscaban por cielo, mar y tierra, le llamaban por teléfono, le mandaban mensajes escritos, watsaps y nada. Lo iban a ver a su oficina y no los recibía, y cuando lo hacía, les salía con la misma cantaleta: “no hay dinero”. Rara vez hacía acto de aparición en los eventos de su jefe, porque sabía que ahí se encontraría con los directivos y revisteros con los que el gober hizo convenio de publicidad, mismo que no respetó. Algunos consideran que Pavón fue uno de los empleados más grises de Javier Duarte.

La peor pesadilla para los revisteros y directivos de medios de comunicación se cumplió. Se fue Pavón y no le pagó a nadie. Ahora regresa el Cisne, quien tiene que lidiar con ellos y no tiene el carácter más dulce ni mucho tacto que digamos, por lo que ya empieza a desesperar a uno que otro cobrador, quienes ya no saben que hacer para que la administración duartista pague lo acordado.

Ellos saben que no hay dinero, que lo poco que hay se irá a la campaña de Héctor, que dicho sea de paso, va de mal en peor con los asesores balines que parecen sus peores enemigos. Pero siguiendo con el Cisne, a él le está tocando bailar con la más fea porque lo buscan para que, a nombre de su jefe, pague las deudas con los dueños de portales de internet, revistas, periódicos, radiodifusoras, televisoras y más, quienes ya no soportan que les den más largas. Ni hablando bien de Duarte logran que saque la cartera. Le pegan y es peor el asunto.

Un colega que ha vivido holgadamente durante los dos últimos sexenios y que prefiere mantenerse en el anonimato por miedo a las represalias, confesó que está desesperado porque hace muchos meses que no le depositan un centavo y tiene miedo, al igual que todos, que Duarte se vaya sin hacerse responsable de la deuda tan grande. El hombre que mantuvo a su familia con el dinero que le daban por mal informar a sus lectores dijo que la crisis les ha afectado a todos por igual. Él, por ejemplo, tuvo que deshacerse de sus propiedades porque de plano se quedó sin un quinto gracias al despilfarro de Duarte. No quiere imaginarse que pasará con él y su familia si Duarte se va sin pagar. Ya faltan siete meses, el tiempo se pasa volando y si no ha solventado la deuda en tantos meses, no lo hará al final de su administración. Por eso pusieron a Cisne para que negocie con ellos, pero la negociación debe dejar satisfechas a ambas partes.

Saben que si pierde Héctor Yunes Landa la gubernatura, el panorama político sería incierto para ellos, perderían el dinero que no les ha pagado Duarte y que probablemente no les dará, y les costaría trabajo que el nuevo huésped de Palacio de Gobierno, Miguel Ángel Yunes Linares, les pague las exorbitantes cantidades que daban los dos últimos gobernadores por hablar bien de ellos en los medios de comunicación. Aparte, es probable que Papá Yunes no quiera hacer negocio con muchos de esos que se hicieron ricos con Fidel y Duarte, y que por quedar bien con ellos, le tiraban cacayacas a don Miguel. Hay que decirlo, muchos de esos medios, sobre todo algunos impresos, no garantizan una buena cobertura en todas las regiones, no tienen como demostrar el tiraje que tanto pregonan que imprimen y además manejan mensualidades excesivas pero ya ni siquiera cubren al gobernador en sus eventos, sólo se dedicaban a estirar la mano sin trabajar. Y así vivieron durante mucho tiempo, pero están preocupados porque ahora si tendrán que chambear, entrevistar, cuestionar, investigar y conjugar otros verbos relacionados con actividades reporteriles. Ya no caerá dinero del cielo por publicar mentiras y boletines en sus pasquines. Por eso les preocupa tanto que gane Yunes Linares.

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