Por: Leopoldo Tlaxalo Jaramillo
Después de los resultados obtenidos en las pasadas elecciones donde el PRI perdió las diputaciones federales en 2015 y se registró una derrota avasallante en 2016 en las diputaciones locales y gubernatura, el alcalde de Veracruz, Ramón Poo Gil y el dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional, Amadeo Flores Espinoza saben que es momento de sustituir al dirigente municipal del PRI en Veracruz, Raúl Díaz Diez por un priista que si tenga puesta la camiseta, pues a Díaz se le atribuyen las derrotas por no haber operado en las elecciones.
Aunque hay que decirlo, no toda la culpa es del dirigente municipal del PRI, si los electores deciden votar por otras opciones es porque están decepcionados del tricolor porque los gobernantes emanados de este partido no han cumplido con las expectativas de los ciudadanos. Cuando llegan al poder, algunos se marean y se olvidan de sus promesas. Hemos tenido diputados locales y federales, alcaldes, senadores, gobernadores y más funcionarios del PRI que han dejado mal sabor de boca incluso entre sus propios compañeros de partido, quienes a pesar de ser priistas de hueso colorado, deciden votar por otros partidos debido a la insatisfacción que les produce el que sus compañeros no den el ancho en los cargos que ocupan.
Raúl Díaz Diez es el clásico dirigente municipal del PRI que no trabaja en las colonias visitando a los líderes de seccionales, viendo cuales son las necesidades de sus compañeros y tratando de satisfacerlas. Él prefiere ir al café de la parroquia donde sabe que será entrevistado por los reporteros y sus declaraciones saldrán publicadas en los medios de comunicación. Hasta los mismos priistas se expresan mal de su dirigente municipal porque no tiene liderazgo ni capacidad de operar en las elecciones, aunado a otras características que no son bien vistas por los propios priistas.
Los nombres que se barajan para sustituir a Raúl Díaz Diez en la dirigencia municipal del PRI en Veracruz son el de la coordinadora de comunicación e imagen del Ayuntamiento de Veracruz, Elisa Tagle Pérez y el del director de Obras Públicas del Ayuntamiento porteño, Salvador Barbes Navarro, propuestos por el alcalde de Veracruz, Ramón Poo Gil como los mejores prospectos que defenderán con uñas y dientes al PRI de la derrota electoral que se avecina para 2017. Poo le propuso estas dos cartas fuertes al dirigente estatal del PRI, Amadeo Flores Espinoza.
Lo más curioso es que en esa reunión también estuvo presente el dirigente municipal del PRI, Raúl Díaz Diez, lo cual se puede apreciar en una foto que fue difundida en las redes sociales de Díaz y donde están los tres: Amadeo, Ramón y Raúl. Si hace falta un cambio en la dirigencia municipal. Díaz Diez puso una frase en su twitter haciendo alusión a la reunión que tuvo con Ramón y Amadeo. “En días como hoy vale la pena invocar aquella frase que dice que “con esos amigos para qué quiere uno enemigos”.
En otro mensaje y para tratar de darle otro enfoque a la reunión, Díaz Diez hace referencia a que la reunión con el dirigente estatal del PRI y el alcalde de Veracruz fue para afinar detalles de la visita que tendrá en Veracruz el dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza. No se duda que podría venir Ochoa Reza a Veracruz, pero también se trató el tema del cambio de la dirigencia municipal del PRI, que esperamos ahora si se realice y no se quede solamente en pláticas, sino se lleve a la práctica con acciones. De todos modos es casi segura la derrota electoral del PRI en las próximas elecciones, pero de perdido que pongan otras caras en la dirigencia municipal y también en la estatal, porque Amadeo tampoco hizo un trabajo excepcional para operar en el pasado proceso electoral.
Tanto Elisa como Salvador son dos jóvenes priistas que han demostrado lealtad a su partido y estar en el tricolor en las buenas y en las malas, no son de los que se deprimen con las derrotas del PRI. Al contrario, saben levantarse de cada caída y ver la manera de levantar al partido que está en el ocaso por los malos gobernantes que ha tenido. Cualquiera de los dos haría un papel mejor que el que ha desempeñado el gris funcionario Raúl Díaz Diez.