De igual manera que en el sector industrial y de servicios, la iglesia católica también se está viendo afectada por la contingencia sanitaria del COVID-19.
Y es que a raíz de la suspensión de misas, bodas y bautizos, entre otras actividades religiosas en sus iglesias y parroquias para prevenir posibles contagios por Coronavirus, dejaron de percibir recursos por las limosnas de los feligreses, no obstante, el vocero de la Diócesis de Veracruz, Víctor Manuel Díaz Mendoza, apeló a la providencia de Dios para poder sacar adelante los compromisos económicos de los templos.
En entrevista, precisó que entre los pendientes económicos que deben hacer se encuentra el mantenimiento de las instalaciones, los pagos de luz y agua y hasta productos para la limpieza y desinfección de bancas y demás objetos y artículos de los inmuebles católicos, a lo que se suma el pago de personal, que se cubre de forma quincenal.
Tan solo el monto de los gastos para la catedral de Veracruz, oscila en los 120 mil pesos mensuales, sin embargo, no se sienten
alterados porque confía en que Dios nos sacara de la pandemia y de las afectaciones económicas que está generando.
Paea finalizar, exhortó a los empleadores y empresarios a tener calma y a esperar tiempos mejores, porque bajar una cortina no afecta solo a una persona sino a una familia entera.