Yunes, Barbes y Carlos Uscanga, en busca de la alcaldía de Veracruz

Por: Leopoldo Tlaxalo Jaramillo

Ser alcalde puede ser el sueño de toda persona con aspiraciones a ocupar un cargo de elección popular, ya sea para enriquecerse ilícitamente o para servir a la sociedad. Nadie confesará abiertamente que su intención de ser alcalde es para amasar una gran fortuna metiendo la mano al cajón donde está el dinero del erario público que debe ser ocupado para diversos rubros como la educación, salud, infraestructura, obra pública, entre otros. Si cuentas con un padrino que te impulse para obtener la candidatura, ya tienes la mitad del camino recorrido. Lo que sigue es ganar la elección, que será tan fácil o complicado dependiendo del partido político al que representes y de las circunstancias por las que atraviese el municipio que piensas gobernar. 

Por el lado del Partido Acción Nacional se perfila como candidato el joven senador Fernando Yunes Márquez, quien ha manifestado su intención de ser alcalde de Veracruz y cuenta con el respaldo de la militancia panista y sobre todo de su padre, el gobernador electo, Miguel Ángel Yunes Linares. Fernando ha hecho un buen trabajo desde que comenzó su carrera política como diputado local y luego saltó a la senaduría de Veracruz convirtiéndose en el senador más joven de la República. Llegado el momento, Nando se hará presente en las colonias del puerto jarocho para pedir el voto a la ciudadanía y prometer mejores condiciones de vida de las que tienen actualmente. Todos los candidatos prometen, la diferencia está que algunos están conscientes que lo que prometen no se puede cumplir y aun así siguen haciendo promesas al electorado, y hay otros candidatos que se limitan a prometer sólo aquello que saben que pueden cumplir. 

En el Partido Revolucionario Institucional todavía no hay un candidato definido aunque se barajan muchos nombres como el director de Obras Públicas del Ayuntamiento de Veracruz, Salvador Barbes Navarro; el diputado local, Nino Baxzi Mata; la delegada en Veracruz de la Secretaria de Desarrollo Social, Anilú Ingram Vallines y el presidente del Centro de Rehabilitación Infantil de Veracruz, Enrique Cházaro Mabarak, más los que se acumulen de aquí a diciembre o enero, fechas en las que se deberá tener despejando el escenario para saber con certeza quien será el candidato, hacia que lado se apoya la balanza. Sabiendo el nombre del candidato podremos saber si realmente tiene posibilidades de triunfar o sólo lo pusieron  para perder. Hay candidatos que ganan más perdiendo, pues pueden negociar otros privilegios o dádivas económicas para ellos o los suyos. 

El partido que creció exponencialmente en las pasadas elecciones fue el Movimiento de Regeneración Nacional, MORENA, partido de Andrés Manuel López Obrador, el cual obtuvo una alta votación en la elección para gobernador y no se duda que en las próximas elecciones municipales logre quedarse con al menos 25% de las alcaldías de los 212 municipios del Estado de Veracruz. Si les dan la oportunidad de gobernar y hacen un buen trabajo, sólo dependerá de ellos y de los ciudadanos el que se mantengan en el poder otro periodo más o no. Dicen las malas lenguas que quien ya está palomeado para ser candidato a la alcaldía de Veracruz por MORENA es el empresario Carlos Uscanga Sánchez, quien fue director de comercio en la administración del ex alcalde boqueño, Salvador Manzur, de extracción priista. 

Uscanga estuvo muy cerca del ex candidato a la gubernatura de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, a quien no se le despegaba ni a sol ni a sombra porque se sintió identificado con su proyecto. A Carlos no le convenció el proyecto de Héctor Yunes Landa, quien representaba lo mismo de siempre y tampoco se iba a ir al otro extremo, de apoyar a Miguel Ángel Yunes Linares, pues en ese grupo no tenía cabida, pero en MORENA si había un espacio para Carlos Uscanga, quien deberá analizar concienzudamente si le conviene ser candidato o no, pues deberá contar con suficientes recursos económicos para costearse la campaña con todos los riesgos que esto implica: ganar o perder. 

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