Leopoldo Tlaxalo
El presidente del Consejo Coordinador Empresarial, José Manuel Urreta aseguró que la posible destitución o juicio político del gobernador Javier Duarte de Ochoa no les beneficia ni les perjudica al sector empresarial, lo que es lo mismo que le da igual si se va Duarte o se queda.
Eso no decía hace unos meses cuando le temblaban las pantorrillas y prefería evadir los temas antes de hablar mal del gobernador. José Manuel Urreta es un hombre que cambia su discurso según las circunstancias. Cuando el gobernador estaba en un pedestal y todos le rendían pleitesía, él hacía lo mismo, era capaz de ponerse de tapete para que el gobernador pasara por encima de él.
Ahora que todo mundo le está dando la espalda, desde el presidente de la República, los mismos dirigentes del PRI, los diputados locales y federales, los propios alcaldes del PRI, es más hasta los que se decían sus amigos que ya ni siquiera le contestan el teléfono y han llegado a desconocerlo para que no los salpique con su suciedad y la mala imagen que tiene a nivel internacional, a Urreta Ortega se le hace fácil darle la espalda al gobernador imitando la conducta de todos aquellos que alguna vez se pusieron a sus pies para lograr algún cargo, algún tipo de apoyo o simplemente presumir entre sus cuates que era cercano al mandatario.
Como ya le faltan escasos 67 días para dejar el poder y está en el ocaso de su administración, la cual ni siquiera se tiene la certidumbre de que terminará hasta el 30 de noviembre, a todos los que alguna vez estuvieron cerca de él les ha dado por abrirse olvidando aquel dicho que dice que en la cárcel y en el hospital se conoce a los amigos. O será acaso que los empresarios en realidad no saben el significado de la palabra amistad y sólo ven por sus propios intereses. No sería extraño que ahora que va de salida Duarte, Urreta busque congraciarse con el próximo gobernador electo y por eso quiera pintar su raya con Duarte, como si con una declaración se pudieran borrar todas las declaraciones anteriores en las que cuidaba mucho de no abrir la boca de más para hablar mal del gobernador, aunque hubiera motivos suficientes para golpearlo mediáticamente, porque el sector que se vio más afectado con sus despilfarros y desvío de recursos fue precisamente el empresarial.
Seguramente ahora que llegue al gobierno Miguel Ángel Yunes Linares, aquellos empresarios que eran afines a Duarte y le quemaban incienso, buscarán hacer lo msimo con él, endulzarle el oído con halagos y promesas de lealtad durante todo su sexenio. Lo bueno es que Yunes Linares es un viejo lobo de mar en esto de la política y sabe perfectamente como se manejan los empresarios cuando quieren conseguir algún beneficio.
La salida abrupta del gobernador ya no les puede afectar más a los empresarios porque el gobierno les debe dinero y lo más probable es que se vaya sin pagarle a sus proveedores y a los representantes de los medios de comunicación. Yunes Linares ya dijo que él si pagará pero deberán demostrar que prestaron algún servicio al gobierno de Duarte, porque abundan muchas empresas fantasmas que no tienen como demostrar que están legalmente constituidas. Urreta le aconsejó a Miguel Ángel Yunes Linares que elija bien a su equipo de trabajo especialmente en áreas importantes para el Estado como el turismo, desarrollo económico e infraestructura.