Acompañan amigos y familiares a Betita a su última morada

Después de que las autoridades del Estado de Veracruz dieron a conocer que los restos humanos hallados en el interior de una bolsa pertenecían a la joven Susana Beatriz Espinoza Matanche, amigos, familiares y vecinos le dieron cristiana sepultura y la acompañaron a su última morada en el panteón municipal de Veracruz.

La perdida de la joven de 24 años deja un vacío profundo en el corazón de su familia y amigos, quienes la llamaban Betita.

La perdida de un hijo es un golpe devastador para los padres, quienes vieron nacer a sus hijos, los vieron crecer, en algunas ocasiones los vieron convertirse en padres, pero no están preparados para ver partir a sus hijos porque la ley de la vida dice que los hijos tienen que enterrar a sus padres.

Desafortunadamente esto no siempre es así. El dolor que está viviendo la familia de Betita es inmenso, no hay palabras que consuelen, no hay nada que alegre a un corazón roto….

La historia de Susana Beatriz Espinoza Matanche, mejor conocida como Betita, es similar a la de muchas personas, hombres y mujeres, que un mal día desaparecen y no se vuelve a saber nada de su paradero. Las autoridades no hacen absolutamente nada para encontrar a las personas desaparecidas. Son los familiares quienes tienen que mover cielo, mar y tierra para que aparezcan ante la indolencia de la fiscalía general del Estado.

Betita desapareció el martes 27 de febrero de 2024. Ella se levantó como cualquier otro día, se bañó, arregló, desayunó, hizo lo propio con su pequeño hijo al que llevó al jardín de niños que está a una cuadra de su casa. Betita planeaba ir a una tienda departamental después de dejar a su hijo en el jardín de niños. Algo sucedió con ella que ya no apareció. Betita vivía en la Reserva Tarimoya, en la ciudad de Veracruz.

Sus seres queridos están consternados con su muerte y exigen justicia, que su crimen no quede impune. A pesar de que la familia se esforzó en colaborar con las autoridades para dar con el paradero de Betita, la investigación de las autoridades fue lenta e inútil.

La familia se manifestó exigiendo encontrarla con vida el sábado 2 de marzo en calles de la colonia Reserva Tarimoya. Pasaron los días y nadie sabía nada de su paradero, hasta que este jueves encontraron sus restos en el interior de una bolsa en calles de Lomas de Río Medio 3.

Las autoridades ministeriales confirmaron que se trataba de Betita. La noticia impactó a la sociedad veracruzana y sumió a su familia en un dolor profundo.

Descanse en paz Susana Beatriz Espinoza Matanche, Betita.

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