La doble moral…

Siéntase incómodo

Un espacio de expresión… desvergonzada

POR: Haydée Magallanes Montalvo

Me llama mucho la atención lo dispersos que podemos ser en algunos aspectos sociales, sobre todo, el cómo vamos acomodando a conveniencia las causas que defendemos y la forma en la que denostamos también, todo aquello que parece contradecirnos. 

Me refiero de nuevo a las protestas sobre la colocación de la antimonumenta que, como bien recordarán, un grupo de mujeres conservadoras se apresuraron a entrevistarse con el alcalde porteño para exigirle su inmediata remoción, bajo el pretexto de que no se sienten representadas por el símbolo que resume la causa feminista y sirve de memorial para las desaparecidas y las asesinadas. El alcalde mismo mostró su preocupación apenas fue colocada en la Plaza de la Soberanía por reubicarla en un espacio que él considera “más conveniente”, es decir, donde no lo vayan a ver los turistas ni la mayor parte de los ciudadanos.

Curiosamente, el fin de semana que anduve por el zócalo, me percaté de que acaban de abrir no hace mucho un bar de table dance, adivinen dónde: justo detrás del palacio municipal; lo más curioso de todo esto no es que uno pueda encontrar estos lugares disponibles a toda hora, que eso ha existido siempre y por lo visto así seguirá mientras haya quien pague por que una mujer baile con poca ropa sobre una mesa; sino que en este caso no ha habido una sola reunión, una sola carta, una sola exigencia por parte de los grupos conservadores tan ofendidos por la antimonumenta para que se clausure tremendo desfiguro en pleno centro de la ciudad.

A lo mejor porque está detrás del Palacio es que no lo han visto, quiero pensar que ha pasado desapercibido porque estos grupos están tan ocupados ayudando a mujeres y niños en condiciones adversas que se les ha ido el detalle por completo. Tampoco el alcalde ha mostrado preocupación alguna por la imagen que el antrillo le pueda dar al primer cuadro de la ciudad, donde pasan tantos turistas y ciudadanos a toda hora, no ha hablado de reubicarlo a una zona “más conveniente, porque ahí no se puede quedar” ni ha declarado a los medios que “está buscando una solución junto con los interesados para encontrarle un mejor espacio”.

A mí como eso del puritanismo no me va, lo único que me preocupa es que se esté explotando a mujeres sexualmente valiéndose de su necesidad económica y que esto contribuya a mantener redes de trata de personas en donde muchas han desaparecido presas de la esclavitud sexual, el abuso y la vulneración a sus derechos humanos. Me preocupa la manga ancha y la facilidad con la que es aceptado un espacio como este; que a las mujeres de estos grupos conservadores que no soportan ver un símbolo en el boulevard no les ofenda en lo más mínimo, que consideren que esto no daña a terceras personas y que no vean la descarada impunidad con la que esto se conduce. Señoras, ¡se les está durmiendo el gallo! O a lo mejor nada más ven lo que les conviene… ¡que va uno a saber!, ¿verdad?

*Comunicóloga, feminista, rockera y con el mal hábito de nombrar a las cosas por su nombre.

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