El presidente Andrés Manuel López Obrador insistió que las clases presenciales reiniciarán en agosto “llueva, truene o relampaguee” porque las escuelas públicas de todo el país no pueden permanecer cerradas para el ciclo escolar 2021-2022.
“Ya es bastante que las instituciones educativas han mantenido sus puertas cerradas. México es al igual que Bangladesh el país que más tiempo las ha tenido en esa situación, algo que no es bueno”, aseguró el presidente en su gira por Veracruz donde supervisó los programas sociales de la secretaría del Bienestar en las instalaciones de Leyes de Reforma.
Aseguró que a través del programa “La escuela es nuestra” se dignificará las instalaciones educativas que tienen que estar listas para recibir a estudiantes y maestros que regresaran a clases presenciales en el mes de agosto.
El mandatario está consciente que sus adversarios políticos no verán con buenos ojos el retorno a clases presenciales e insistió en que no es bueno que los niños continúen con las clases a distancia.
“Vamos a prepararnos para regresar a clases, porque nada sustituye las clases presenciales. Es bueno el sistema de educación a distancia pero nada sustituye las clases presenciales, la escuela es el segundo hogar y es donde se socializa el conocimiento y donde se aprende con la participación de maestros, padres y madres de familia y estudiantes”, concluyó el presidente sobre este tema que divide la opinión pública porque un buen número de padres de familia consideran que aun no es momento del regreso a clases presenciales pues hay municipios y entidades federativas donde siguen registrándose un buen número de contagios y defunciones, cifras que se dan a conocer diariamente por la Secretaría de Salud.
Durante su visita a Boca del Río, el presidente estuvo acompañado de su esposa Beatriz Gutiérrez Muller, el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez; el alcalde de Boca del Río, Humberto Alonso Morelli; el delegado de los programas sociales del gobierno federal, Manuel Huerta Ladrón de Guevara; entre otros funcionarios.
El presidente aprovechó que estaba cerca del estadio de béisbol “Beto Ávila” para revisar cómo está quedando.