Taxistas podrían quemar unidades que operen como Uber

Después de que directivos de la plataforma Uber informaron que la empresa iniciaba funciones en tres municipios del Estado de Veracruz, la reacción de los taxistas no se hizo esperar y amagaron con realizar bloqueos en la entrada y salida de la ciudad de Veracruz y en casos extremos quemar las unidades con las que estén dando el servicio, pues representa una competencia desleal para los trabajadores del volante.

El presidente de la organización Servicio de Taxis de la Central de Autobuses en Veracruz (Sertacaver), Raúl Mendoza Alducín aseguró que ellos no se quedarán de brazos cruzados ante el ingreso de esta aplicación pues de entrar a Veracruz, Xalapa y Coatzacoalcos afectaría las finanzas de los ruleteros que de por si está mermada por la pandemia del Covid-19.

Aunque saben que es un delito quemar unidades de transporte público o privado, los taxistas son capaces de todo para que nada ni nadie atente contra su fuente de ingresos.

Ante la posibilidad de que ingrese Uber a Veracruz, los taxistas esperan que el gobierno no proteja a los de la empresa de transporte particular pues la ley dice que para prestar el servicio de transporte público se tiene que tener una concesión.

Después de escuchar las voces de inconformidad de los taxistas, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) informó que no está autorizado que Uber dé el servicio privado en las tres ciudades: Veracruz, Xalapa y Coatzacoalcos.

Conscientes de que el gobierno puede proteger a Uber, Mendoza dijo que varios taxistas están alertas para evitar que los vehículos Uber estén circulando, y si detectan esta anomalía, los reportan con Transporte Público. Se tiene conocimiento que este martes detuvieron a dos carros dando servicio privado de transporte.

Por su parte, el líder de taxis GL, Guillermo Larios Barrios opinó que esta plataforma viene a darle el tiro de gracia a los taxistas, quienes padecieron carencias económicas durante la pandemia y esperaban con ansias el mes de diciembre para recuperarse económicamente, pero si el gobierno no hace nada por detenerlos, los afectados serían los trabajadores del volante.

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