Peña Nieto castigó a Duarte con el látigo de su desprecio

Leopoldo Tlaxalo

A pesar de que el gobernador Javier Duarte de Ochoa trató por todos los medios posibles de tener un acercamiento con el presidente Enrique Peña Nieto durante su visita al Estado de Veracruz este jueves, sus esfuerzos fueron en vano porque el presidente le demostró que le es indiferente, ni siquiera se puede catalogar como un rechazo o rencor hacia Duarte de parte de Peña Nieto, simplemente es indiferencia.  A pesar de que Duarte le dijo al periodista de El Universal que su relación con el presidente era extraordinaria, los hechos demuestran todo lo contrario…y lo peor del caso es que Duarte quedó como un mentiroso a nivel nacional e internacional, pues con la actitud de Peña hacia el gobernador en esta visita quedó demostrada la lejanía que hay entre la autoridad estatal y la federal.

Antes, cuando Peña tenía que soportar a Duarte por institucionalidad o complicidad por ser del mismo partido político, se sentaban juntos en los eventos en los que EPN venía a Veracruz, ahora lo relegaron hasta el rincón al gober, los separaban tres sillas al uno del otro. Y esto es una clara señal de lo mal que está la relación entre Veracruz y el Estado de México, al grado que se habla en los círculos de poder a nivel nacional que para limpiar la mala imagen que tiene arrastrando el PRI podrían sacrificar a Duarte y meterlo a la cárcel por todos los delitos que se le imputan entre los que destaca el enriquecimiento ilícito y señalamientos hechos por la Auditoría Superior de la Federación.

Obviamente, a pesar de sentir pasos en la azotea, Duarte tiene que decir a nivel nacional que no se ve en la cárcel, pero en el fondo de su alma sabe que existe esa posibilidad debido a la frialdad con la que fue tratado por el presidente. Preferir estrechar la mano del director de comunicación social del gobierno estatal, Alberto Silva Ramos en lugar de la del propio gobernador es una señal de indiferencia. Se puede decir que Duarte fue ignorado olímpicamente por el mandatario mexiquense. Si no entiende estas señales que a todas luces son muestras de una lejanía, no sabemos de que manera le puede decir Peña a Duarte que está congelado.

Y es que de todos los gobernadores del país,  Duarte se ha ganado a pulso el título del peor, el más corrupto, el más señalado, el que ha metido más veces en aprietos al presidente y el culpable de que cada semana se hable de Veracruz, pero en sentido negativo, pues los diarios nacionales han dado seguimiento de cada una de las barrabasadas de Duarte que lo han puesto en el ojo del huracán. Y estos escándalos no sólo lo afectan a él, también al presidente porque lo hacen ver como una autoridad blandengue que no es capaz de ponerle un alto a un gobernador de su propio partido político. Se ha de estar pitorreando de él, Miguel Ángel Yunes Linares, quien aprovecha cada error de Duarte para ponerlo en evidencia, señalarlo y dejar fe ante los veracruzanos de que Duarte ha sido el peor gobernador en la historia de Veracruz.

En las 94 fotos que publicó la Presidencia de la República en su Facebook sobre la ceremonia de graduación de la Heroica Escuela Naval Militar de Antón Lizardo, no aparece el gobernador de Veracruz y eso que Duarte presumía tener amistad con el presidente, pero estas imágenes dicen más que mil palabras, y por supuesto echan por la borda la versión de Duarte en el sentido de su relación extraordinaria con Peña Nieto, quien en breve se reunirá con el goberndor electo de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, un funcionario que si se puede ganar la amistad de Peña Nieto, si no es que ya se lo echó a la bolsa porque hay que reconocer que Yunes Linares es un seductor por naturaleza.

Hace bien el presidente en matenerse alejado del gobernador pues éste tiene una mala imagen a nivel nacional e internacional y podría contagiar a EPN, que de por sí también cuenta con la desaprobación de sus gobernados por los constantes gasolinazos, las reformas que no benefician en nada a la sociedad, el escándalo de la Casa Blanca, un exceso suyo  y de su esposa, la actriz Angélica Rivera, quienes viven con lujos y esto es un insulto para los mexicanos, muchos de los cuales, no tienen ni para comer.

Siguiendo con el tema de Duarte que siga viviendo en su mundo de caramelo, pensando que EPN es su amigo cuando la realidad demuestra todo lo contrario.

 

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