Patriotismo o diplomacia razonada

Por: Pedro Peña Molina

Mucha crítica ha recibido el Presidente Enrique Peña Nieto con respecto a la visita en días pasados a nuestro país del candidato republicano al gobierno de los Estados Unidos, Donald Trump, a raíz de la invitación que le formulara y que muchos consideran un desatino enorme por parte de los Pinos.  Muchas voces, sobre todo en redes sociales, lo presentan prácticamente como un traidor a la patria y piden nulo dialogo con quien se la ha pasado denostando a los mexicanos como principal promesa de campaña. Y no están totalmente errados, la postura de nuestras autoridades sobre la conducta del señor Trump ha sido por demás timorata.

Sin embargo, la decisión del Presidente no parece del todo fuera de lugar pues le corresponde actuar conforme a suposición de ente del Estado Mexicano con total objetividad y no envuelto en la bandera del patriotismo. Cierto es que lo deseable era que se mostrara una actitud clara de rechazo a los dichos del candidato republicano, pero la diplomacia obliga a lo contrario. Si lo vemos desde el punto de vista de la dignidad pura, estamos ante un hecho vergonzoso pero tenemos que considerar otros aspectos.

¿Qué pasaría si Trump gana la Presidencia de los Estados Unidos?  Y es algo que puede pasar aunque las encuestas apuntan a que cada día sus posibilidades se reducen con respecto a Hillary Clinton. Nadie puede dar por un hecho su derrota hasta después de noviembre que haya pasado la elección. Recordemos que se le ha puesto en esa condición desde la precandidatura y veamos hoy: Es candidato. Las encuestas fallaron. Estas mismas, mostraron sus serias deficiencias en el caso del famoso Brexit donde aseguraban la permanencia de Gran Bretaña en la Comunidad Europea y resultó que la voluntad de los británicos fue totalmente distinta.

Por lo que basar la diplomacia mexicana en estos instrumentos sí sería un grave error. Hoy por lo menos se tendieron puentes de dialogo con el hombre que puede gobernar el mercado que representa cerca del 90% de nuestras exportaciones. Además, la historia nos muestra que en eso de mostrarnos muy patriotas en nuestros conflictos con los Estados Unidos no nos ha dejado buenos dividendos. Recordemos 1836. La Independencia de Tejas y todo lo que sabemos al respecto. Que la batalla del Álamo, San Jacinto, “el traidor” de Santa Anna y Sam Houston que acabo en 10 minutos con el ejército mexicano.

Hasta ahí, teníamos perdido sólo ese territorio. Díez años después Tejas es anexado a la Unión Americana como un estado más y empiezan las voces de dignidad y patriotismo a pedir que México declarara la guerra. Resultado, además de tejas perdimos Nuevo México y California. La situación no está ni cerca de eso, pero la reacción del colectivo social ante estas situaciones parecería que no cambia, sigue siendo irracional y vacía. No digo que no mostremos descontento con las tonteras que Trump dice, lo que sostengo es que los impulsos de un pueblo no pueden regir la diplomacia de un país.

 

 
 

 

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