Observador veracruzano
El dueño del grupo MVS Comunicaciones, Joaquín Vargas, aseguró que la demanda contra la periodista mexicana Carmen Aristegui es por las “falsedades” que escribió en el prólogo de un libro, no por la “extraordinaria investigación” sobre la llamada “Casa Blanca”.
Vargas demandó a Aristegui y a la editorial Random House por el prólogo que incluyó en el libro “La Casa Blanca de Peña Nieto”, que amplía el reportaje sobre la mansión que Angélica Rivera, esposa del presidente Enrique Peña Nieto, le encargó a un contratista del Gobierno.
En una carta difundida hoy, Vargas acusa a Aristegui de imputarle “falsedades y diversos calificativos” en el prólogo, así de “alimentar con mentiras su fantasiosa tesis” sobre las razones de su salida de MVS en marzo de 2015.
Aseguró que la demanda contra la comunicadora y la editorial pretende que las próximas ediciones del libro se publiquen sin lo que llamó un “prólogo injurioso”.
Vargas dejó en claro que “el resto del libro no es motivo de mi demanda, sino producto de una extraordinaria investigación periodística”.
El empresario se dijo confiado de que tiene razón en este tema y que por eso promovió la demanda, que en su parte esencial invita a la conductora a probar sus afirmaciones o retractarse públicamente.
Aristegui calificó la demanda como una acción de censura y un “escalamiento” del acoso judicial contra ella y su equipo por el reportaje sobre la “Casa Blanca” divulgado en noviembre de 2014.
“Hoy se pretende por la vía judicial mutilar un libro con la eliminación del prólogo, se demanda a quien lo escribió y a la editorial”, denunció la semana pasada la periodista en un mensaje en las redes sociales.
Vargas reiteró en la carta que la relación de MVS con Aristegui no terminó ni “por intrigas ni maquinaciones”, sino porque la comunicadora “abusó de la confianza” y comprometió a la empresa en alianzas con terceros sin consultarlo.
“Este fue el motivo del rompimiento y no el contenido de sus investigaciones”, insistió.
MVS rompió la relación con Aristegui luego de que esta exigiera la reincorporación de dos periodistas de su equipo despedidos con el argumento de que habían utilizado la marca del grupo para sumarse a Méxicoleaks, una herramienta con la que ciudadanos pueden filtrar a la prensa documentos sobre actos lícitos.
Los periodistas despedidos habían participado en la investigación que reveló que la esposa de Peña Nieto había encargado a un contratista del Gobierno la construcción de una lujosa mansión en la capital mexicana.