Por: Jazziel Bustamante Hernández
La iglesia ha estado entrometida en la política desde épocas ancestrales, es por ello que no se debe tomar a la ligera el falso mensaje que en México nos han estado manifestando sobre el estado laico, ya que si bien en las leyes de nuestra constitución puede leerse un estado laico, en nuestra realidad social no existe como tal, en primera porque la iglesia nunca renunció al poder. Después de las Leyes de Reforma lo podemos constatar en la forma tan hábil que siguen estando vigentes en la vida política partidista del país con sus fundaciones o asociaciones civiles, con una agenda muy bien estructurada para seguir introyectando la culpa, el miedo, los estereotipos de como deberíamos comportarnos mujeres y hombres, nuestra vida sexual, el apreciar la pobreza y vivir conformes en ella.
La religión católica fue el mayor poder religioso, político, económico y militar del feudalismo, pues ostentaba el poder religioso unificado en cabeza del Papa; participaban del poder militar a través de las innumerables órdenes militares que dieron origen a tantos santos los cuales siguen hasta hoy vigentes, pero esto no solo se limita a la iglesia católica, en si todas las religiones están creadas para el control de las masas. Como lo afirmó el neurólogo psicoanalista Sigmund Freud: “Cuando el miedo se apodera de nosotros se transforma en fobia”. La psicología cognitiva de estudios de comportamiento donde las colectividades comenzamos a saber de su existencia hace muy poco, fue la iglesia quien ya los manejaba muy bien desde hacia siglos. Sabían que los seres humanos tenemos esa imperiosa necesidad de pertenecer a algo, de buscar llenar vacíos existenciales con cualquier cosa que nos prometa paz, vida eterna, bienestar y es aquí importante cuestionar las religiones y diferenciar estas de la espiritualidad. Primero vamos a definir el significado de ésta, el origen etimológico del mismo. En concreto, podemos saber que emana del latín, y más exactamente es fruto de la suma de estos tres componentes latinos,
El sustantivo “spiritus” que puede traducirse como “alma”. La partícula “-alis”, que se usa para expresar “relativo a”. El sufijo “-dad”, que es equivalente a “cualidad”. La cualidad relativa del espíritu es un proceso de auto reconocimiento individual que muchas personas prefieren complementarlo con las religiones, otras personas con las escuelas filosóficas y otros más simplemente le ignoran. Lo que si debemos dejar claro es que ese proceso cuando es llevado a lo colectivo causará grandes diferencias porque quienes se fanatizan en querer imponer o declarar que su proceso es el único que si funciona, estará señalando y fomentando prejuicios a quien no comparta las mismas ideas.
La religión del miedo alardea de que sólo ella es la verdadera. Las demás son heréticas, impías, idólatras o demoníacas. De ese modo refuerzan el fundamentalismo desde lo bélico, que considera enemigo a todo aquel que no reza por su libro sagrado, hasta lo sútil, como el que discrimina a los adeptos de otras tradiciones religiosas y sataniza a los homosexuales, transexuales, lesbianas y a los ateos, por solo mencionar algunos. La política en México tiene una relación muy estrecha con las religiones judeocristianas. Sin embargo, éstas se deberán modernizar o perecerán. El discurso de: ‘arderán en un lago de fuego si no se bautizan u obedecen’ ya debe ser trascendido, y los partidos políticos renovarse en sus agendas de impacto colectivo, porque la prohibición al aborto, la diversidad sexual, o el discurso de que ser pobre te hace noble y merecedor del cielo no es más que las agendas de las religiones expresadas con otras palabras por los partidos políticos para seguir perpetrando el control de las masas.
En un artículo publicado por Schieman, en la revista especializada Sociology of Religión, se explica que las diferencias en la forma de entender la influencia de Dios en la vida diaria fueron consideradas en todos los niveles socioeconómicos y de compromiso religioso, dentro de la muestra de población analizada.
El análisis de todos los datos permitió establecer los patrones de relación entre las creencias religiosas y ciertas características determinadas, como la educación o el nivel de ingresos de estos individuos. Algunas de las informaciones que arrojó el estudio fueron las siguientes: en general, la mayoría de la gente cree que Dios influye mucho en los hechos y los resultados de sus vidas. Más concretamente, el 82% de las personas encuestadas afirmó depender de Dios como medio de ayuda y guía para tomar decisiones. Por otro lado, el 71% de los encuestados dijo creer que las cosas malas o buenas que les habían ocurrido eran, simplemente, parte de los planes que Dios tenía para ellos; y el 61% afirmó creer que Dios había determinado la dirección y el curso de sus vidas.
El 32% de los encuestados, por último, estuvo de acuerdo con la siguiente afirmación: “no tiene sentido hacer muchos planes porque, en última instancia, mi destino está en manos de Dios”.
Más fe en las clases sociales más bajas. Schieman señala que, en general, el nivel socioeconómico y el nivel cultural pudieron relacionarse negativamente con las creencias de control e implicación divina en la vida cotidiana. Este estudio afirma lo que ya muchas personas sabíamos, las religiones como herramienta de control tienen mayor efectividad cuando el sometido no cuestiona, cuando se deja “guiar”, cuando su vida no tiene sentido y le construyen un sentido muy fuerte de pertenencia de los “elegidos”. He perdido la cuenta de las cientos de amenazas que he recibido por parte de fanáticos religiosos de: “arderás en el infierno y Dios te castigará por ser así”, todas estas provenientes de personas que sus procesos individuales de creencias los quieren hacer colectivos, cada que afirman que el feminismo o diversidad sexual somos una moda me deja claro que su miedo se ha convertido en fobia, si justo lo que más arriba compartía sobre Freud. La partidocracia y religiones deberán ceder porque las personas estamos despertando y es justo ahí donde la simulación tendrá que pasar al siguiente nivel ( acción ).
“El laicismo, lejos de ser un arma contra tal o cual religión, es una garantía del respeto del estado a la conciencia individual y es la base de una convivencia respetuosa con todas las creencias” (Concha Caballero)
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