Enojados por haber sido despedidos, trabajadores del SAS lanzan huevazos al edificio del Palacio Municipal de Veracruz

Observador veracruzano

 Palacio Municipal de Veracruz 02

Después de haber sido despedidos injustamente, según señalan los trabajadores del extinto SAS, éstos dejaron las instalaciones del organismo y marcharon por las calles de Veracruz inconformes por la acción emprendida en su contra ante el ingreso de Grupo MÁS. Los trabajadores, acompañados de su dirigente sindical, Angélica Navarrete, dirigían sus pasos hacia el  Zócalo de Veracruz, donde un grupo de hombres trataron de penetrar en el interior del Palacio Municipal,

pero no les permitieron el acceso, pues estaban enardecidos y había el peligro de que causaran daños en el interior del inmueble.  

Al ver que no les permitieron el acceso por el lado de Zamora, trataron de entrar por la puerta de acceso al Palacio Municipal que da hacia el zócalo, tirando una puerta de madera y causando desperfectos. La intención de los inconformes era subir a la planta alta, algunos si lo lograron pero por pocos minutos. Mientras algunos trabajadores manifestaban su rabia de mil maneras, la dirigente sindical Angélica Navarrete hacia uso de la voz diciendo que son muchas familias las que se quedaron sin empleo ante el despido masivo,  que no aceptarían los cheques que les ofrecen de liquidación, que van a demandar por despido injustificado y que se defenderán con la ley en la mano.

Los inconformes estaban realmente enojados al saber que han perdido su salario y prestaciones que les permitían darle una vida digna a sus familias. Lanzaron insultos, mentadas de madre y amenazas hacia las autoridades municipales. De repente algunas gentes se aproximaron al Palacio Municipal con el objetivo de dañarlo, sacaron de unas bolsas unos huevos, mismos que fueron lanzados hacia el edificio manchando las ventanas, paredes, piso y pasillos, dejando un olor fétido  y provocando la mirada de los curiosos que se acercaban a ver que ocurría, tomaban fotos y videos y comentaban entre sí los hechos de los que eran testigos. La mayoría reprobó la violencia.

Angélica Navarrete no hizo nada para controlar el enojo de sus trabajadores, al contrario, los secundó con su discurso incendiario en contra del alcalde Ramón Poo Gil, a quien amenazó que hoy le lanzaron huevos al edificio donde despacha, pero posteriormente pueden lanzarle otros objetos como papas, chayotes, etc.

Estaban tan enojados los trabajadores que la rabia los cegó y agredieron hasta a los reporteros que cubrían el evento cuando tomaban fotos de los daños causados al edificio, pues esta era una prueba fidedigna del salvajismo mostrado por los inconformes. Algunos se atrevieron a llamarlos prensa vendida. En contraste con la actitud de sus empleados, Angélica se mostró más amigable con los medios de comunicación al agradecer la cobertura que le han dado al caso, pero también golpeó mediáticamente a algunos que según ella tergiversaron sus declaraciones. Por segunda vez diría que ya no ofrecería conferencias de prensa pues se enfocaría a continuar su demanda por la vía legal.

Del zócalo de Veracruz, la multitud se trasladó a la planta potabilizadora de El Tejar, donde no acudieron todos, pero si la mayoría. Con palos y machetes en mano, los trabajadores dijeron que no iban a dejar que nadie más entrara a manejar la planta. No les importa dejar sin el vital líquido a los veracruzanos, lo único en lo que piensan es en sus propios intereses, tampoco aceptarán trabajar en Grupo MÁS, pues ellos no pelean tanto por el salario, sino por las prestaciones. Desafortunadamente al SAS lo llevaron a la quiebra las desastrosas administraciones de los anteriores directores pero también las prestaciones de las que los trabajadores gozaban.

 

 

 

 

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