Por: Leopoldo Tlaxalo Jaramillo
Como una bomba y un balde de agua fría cayó entre la sociedad veracruzana la noticia del sorpresivo e inesperado regreso del gobernador con licencia, Javier Duarte de Ochoa a sus funciones como gobernador de Veracruz, pues esto sería algo inédito después de que se le acusa de desvío de recursos, lavado de dinero y otros delitos y la Procuraduría General de la República ofreció una recompensa de 15 millones de pesos a quién ayude a su localización.
Algunos consideran que el posible regreso de Duarte de Ochoa es sólo un distractor planeado por mentes perversas como la suya pero cada minuto crece el rumor de que Duarte sí envió la carta al Congreso. Nada nos sorprende de Duarte de Ochoa cuyo cinismo no tiene limites pues regresar a gobernar el Estado al que ha saqueado a más no poder utilizando la bandera de víctima es cosa de locos.
Se supone que la Procuraduría General de la República tiene denuncias en contra de Duarte y que están buscándolo por cielo, mar y tierra y hasta ofrece recompensas por él. ¿Cómo le harán sí regresa?, ¿Lo detendrá la PGR antes de que pretenda regresar a despachar a Palacio de Gobierno?. No es tonto como para regresar sabiendo que hay una orden de aprehensión en su contra y que en cualquier momento puede ser detenido.
Legalmente Duarte puede regresar a terminar su sexenio y de esta manera dejaría sin efecto su licencia definitiva al cargo obteniendo fuero.
A que regresaría Javier duarte faltando estados días para terminar