Carlos Hernández
El presidente de la Asociación de Constructores del Estado de Veracruz, Alfonso Arnaiz se quejó amargamente de que a él y a los empresarios de la construcción que él representa no les dan trabajo pues hay favoritismo en la asignación de obras. En otras palabras no les dan trabajo a los constructores si no ofrecen dinero para obtener un contrato, lo que es conocido como el clásico moche o diezmo.
Alfonso Arnaiz no puede probar lo que dice pero tiene suficiente experiencia en el área de la construcción y sabe como masca la iguana. En el Ayuntamiento de Veracruz hay diez empresas constructoras que siempre son beneficiadas con obra pública, pues estos constructores eran recomendados del ex gobernador Javier Duarte de Ochoa. Ya llegó Yunes Linares y no ha erradicado estas prácticas de corrupción que tanto daño le hacen a los empresarios. ¿Por qué se beneficia a unos y no a otros?, se pregunta a sí mismo con impotencia Alfonso Arnaiz, quien está desesperado ante esta situación.
A los constructores de ACEVAC les toca bailar con la más fea pues ni los diputados federales o senadores pueden ayudarlos, pues los recursos que ellos bajan están etiquetados para favorecer a determinadas empresas constructoras. Este problema ocasiona que los empresarios locales cierren las puertas al no poder sostener sus negocios y con esto crece el número de desempleados. “El diputado federal le baja recursos a los municipios con la condición de que determinadas empresas sean las que hagan la obra, el municipio que quiere dinero, lo recibe y acepta y le da obras a esas empresas”. Las compañías beneficiadas tienen su sede en Puebla, Estado de México, CDMX y Nuevo León, por lo que dejan fuera a las empresas locales.