Carlos Hernández
La cirujana oncóloga Mercedes Mendoza Ramírez aseguró que el riesgo de padecer cáncer de mama aumenta en un 50 por ciento si la mujer se practica un aborto inducido. Ante este panorama, varios trabajadores del sector salud en Veracruz están trabajando para constituir la asociación civil “Médicos y enfermeras Pro Vida”, que tendrá como objetivo evitar que se legalice el aborto no solo en Veracruz, sino en todo el país. Para ello aplicarán políticas públicas para concientizar a las mujeres sobre los riesgos que corre su vida si se practica un aborto inducido.
Mercedes comentó que los doctores están en contra de que se legalice el aborto pues ellos están para salvar vidas, no para interrumpirlas o matarlas, pues el aborto es un asesinato a un ser vivo que apenas se está formando en el vientre de la madre. “El inicio del embarazo y de la vida humana ocurre en el momento de la fecundación, ya que desde ese instante queda constituido el ADN del nuevo ser humano único e irrepetible y que quedará en todas y cada una de sus células durante todo su desarrollo y hasta la muerte, por lo que cualquier evento provocado para que se interrumpa el embarazo, termina con una vida humana”.
“La Constitución de nuestro Estado reconoce el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural, en el artículo cuarto. Nuestro Código Penal del Estado de Veracruz no penaliza con cárcel a las mujeres que se practican el aborto, sino que en libertad les asigna un psicólogo que les brinde las herramientas para prevenir la necesidad de tomar esta decisión”.
La doctora negó tajantemente que el aborto empodere a las mujeres o mejore su salud. Al contrario, la perjudica, pues puede haber efectos secundarios para la mujer que se practica un aborto. Según las estadísticas que tiene Mercedes, desde el año 2007 se han registrado 180 mil abortos legales. Cuando la mujer tiene 16 semanas de embarazo y se practica el aborto inducido, su vida corre más peligro. La doctora concluyó diciendo que no debe legalizarse el aborto porque podría aumentar el número de clínicas que realizan este tipo de trabajos y que actualmente lo hacen en la clandestinidad. Los médicos piden a los diputados no ceder ante presiones de grupos feministas o de otra índole y analizar bien el tema para no aprobarlo.