Por: Leopoldo Tlaxalo Jaramillo

A pesar de que los senadores de la República, Héctor Yunes Landa y José Francisco Yunes Zorrilla ya se visualizan como coordinador de la campaña y candidato a la gubernatura de Veracruz del PRI en 2018 respectivamente, no pueden considerar que sus sueños vayan a cristalizarse pues en la política todo cambia de un momento a otro. No depende ni de uno ni de otro que vayan a seguir ascendiendo en su carrera política, sino de los propios priistas y las mentes maquiavélicas que impongan al candidato a la gubernatura según su conveniencia. Existe la posibilidad de que de último momento a esas mentes maquiavélicas no les convenga a sus intereses que Pepe Yunes sea el candidato, aunque ya muchos dan por hecho que el oriundo de Perote será el elegido.
Definitivamente Héctor Yunes Landa no será el candidato en 2018, ya tuvo su oportunidad en 2016 y perdió ante su primo Miguel Ángel Yunes Linares. Héctor tendrá que esperarse hasta las elecciones de 2024, si es que no surgen otras caras nuevas en la política con más influencias y mejores padrinos que él que lo desplacen del camino político. Aunque no lo digan abiertamente hay muchos priistas que no ven con buenos ojos que entre los dos Yunes rojos se repartan las candidaturas a la gubernatura como si ellos fueran los únicos priistas con la capacidad y liderazgo para enfrentar una elección estatal. Hay que darle oportunidad a otros priistas de presentar su plataforma política rumbo a las elecciones de 2018, pues hay gente con la experiencia suficiente para gobernar Veracruz y no nada más se debe considerar como aspirantes a los dos senadores. Se debe practicar la democracia en el PRI si no se quieren volver a tener los resultados desastrosos que se obtuvieron en 2016. No pueden cometer los mismos errores del año pasado. Debe prevalecer la unidad dentro del partido y para que esto sea así, se debe escuchar a todos los sectores porque el PRI no sólo son dos personas.
El dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional, Renato Alarcón Guevara estuvo esta mañana en el puerto de Veracruz y platicando con los reporteros porteños, en entrevista, reconoció que los senadores Héctor Yunes Landa y José Francisco Yunes Zorrilla son piezas importantes en el partido, pero dejó en claro que no son los únicos que deben ser contemplados para la gubernatura de Veracruz, pues hay muchos que han alzado la mano y tienen el derecho de que se les tome en cuenta. Hay otros que no han mostrado interés en participar en la elección, pero que podrán ser impuestos por mentes maquiavélicas e inteligentes del PRI, quienes por su experiencia en estos menesteres tienen la capacidad para saber que candidato les puede garantizar el triunfo en las urnas. El objetivo de los priistas es recuperar el Estado de Veracruz y para lograrlo van a hacer alianzas hasta con el mismísimo diablo y si es necesario pasar encima de alguien, lo harán. Para obtener el triunfo en 2018 los priistas contarán con el apoyo del gobierno federal.
No pueden darse el lujo de poner como candidato a alguien que tenga en su curriculum una derrota avasalladora o funcionarios públicos que en el pasado estuvieron ligados al ex gobernador Javier Duarte de Ochoa. Desafortunadamente, Duarte de Ochoa es un lastre con el que tendrán que cargar toda su vida ambos senadores, pues ninguno de los dos señaló a Duarte de corrupción, desvío de recursos ni de otros delitos mientras éste estaba en plenitud del poder. Al contrario, callaron ante los atropellos cometidos por parte de Duarte en contra de los veracruzanos. Su silencio los convirtió en cómplices. Ahora pueden despotricar en contra de Duarte todo lo que quieran, sus señalamientos carecen de validez porque ya no está en el poder. Debieron haber ventilado lo que sabían en contra del ex gobernador cuando sus negocios turbios y fechorías no habían salido a la luz pública. Entonces hubiera sido una novedad y una valentía digna de aplausos, ahora ya ni caso tienen que hagan más leña del árbol caído. Al contrario, ahora el juego de ambos senadores es exhibir lo mal que está la administración yunista en cuestión de inseguridad, desempleo y corrupción. Pero si el gobernador fuera priista ni siquiera se atreverían a cuestionarlo, están jugando a ser oposición.
Un sector de veracruzanos no quisiera seguir siendo gobernados por el PAN, pero tampoo quieren que regrese el PRI, así que su única opción es votar por MORENA, por lo que este partido saldrá muy fortalecido en las próximas elecciones. Alarcón Guevara, dirigente del PRI, sabe lo importante que es para el país la elección del 2018 pues se están jugando su permanencia en el poder o que el pueblo veracruzano los mande a la banca otros seis años, por eso considera que en esta ocasión el dedazo no funcionará y si se practica, serán los mismos priistas los que les cobren en las urnas esta acción antidemocrática.
Según palabras de Renato Alarcón, los senadores Héctor y José Yunes son dos servidores públicos que trabajan en el marco de la transparencia y compromiso con Veracruz. Más vale creerlo que averiguarlo. Hasta los calificó como un baluarte político del partido en Veracruz. Pero fue muy tajante al decir que serán bienvenidos los pronunciamientos de otros aspirantes a la gubernatura. Esta declaración da pie a que se les permita participar a otros actores políticos del PRI, que puede que no tengan la trayectoria de Héctor y Pepe, pero atesoran otras virtudes.
Lo importante es que todavía no se toma la decisión en el proceso interno de designación. De tal suerte que como dice el dicho del plato a la boca se cae la sopa. Hasta ahorita nada para nadie. Algunas de nuestras fuentes señalan que quienes podrían dar la sorpresa en 2018 son el alcalde de Orizaba, Juan Manuel Diez Franco e incluso el hijo del ex gobernador, Miguel Alemán Magnani. Cualquiera de los dos, e incluso un tercero cuya identidad aun se encuentre perfectamente resguardada, puede provocar una sorpresa no grata para las aspiraciones gubernamentales de Héctor y Pepe, quienes ya se sueñan despachando en Palacio de Gobierno. Del plato a la boca se cae la sopa.
El proceso electoral 2018 inicia el primero de noviembre y los veracruzanos debemos estar preparados para escuchar todo tipo de descalificaciones de aspirantes a obtener un cargo de elección popular, quienes harán lo que sea para colocarse en los primeros lugares de las preferencias electorales .