Se ha ido perdiendo la tradición del viejo

Cada año que pasa se va perdiendo la tradición del viejo, pero hay personas que siguen conservando esta tradición y se disfrazan de viejos para pedirle dinero a la gente en las calles, los comercios, las plazas comerciales, el Zócalo y el malecón del puerto de Veracruz. 

Hombres, mujeres, niños y adultos mayores se disfrazan de viejos con una máscara, sombrero, peluca, ropa vieja y sucia, bastón e imitando las características propias de un adulto mayor que simboliza el año viejo.  

Todavía hay jarochos que conservan la tradición del viejo y desde temprana hora del 31 de diciembre, o días antes, se disfrazan de viejos para pedirle aguinaldo a la gente. Si les va bien, logran obtener una buena cantidad de dinero dependiendo de que tan generosos sean los ciudadanos que cooperan con ellos. Las mismas personas que conservan la tradición coinciden en que se ha ido perdiendo con el paso de los años.  

Este martes 31 de diciembre en Los Portales, el Zócalo y en las calles del puerto de Veracruz se pudieron observar personas disfrazadas de viejos que pedían dinero mientras bailaban y cantaban el siguiente texto: 

“Una limosna para este pobre viejo, una limosna para este pobre viejo, que ha dejado hijos, que ha dejado hijos, para el año nuevo…para el año nuevo”.

Como las autoridades municipales y estatales impiden que se utilicen juegos pirotécnicos para quemar a los viejos, se ha perdido la tradición de elaborar estos muñecos hechos de aserrín y trapo, que se quemaban con cohetes la noche del 31 de diciembre a las 0:00 horas. Al no poder quemar a los viejos, ahora los comerciantes pusieron a la venta en los mercados las piñatas de los viejos, las cuales no tuvieron una buena aceptación pues se vendieron menos que el año pasado, pues les sobraron algunas piñatas a los comerciantes. 

Los precios de las piñatas de los viejos oscilan desde los 70 pesos hasta los 120 pesos, dependiendo del tamaño. La crisis económica pudo provocar que se perdiera la tradición del viejo.

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