Leopoldo Tlaxalo
Con el propósito de exigir que se respeten sus derechos y que haya más amor y menos odio de parte de la comunidad heterosexual que en pleno siglo XXI todavía los rechaza y se opone a que tengan los mismos derechos que el resto de la sociedad, miembros de la comunidad lésbico, gay, bisexual, transexual, transgénero, travesti, intersexual participaron en la octava marcha gay que se llevó a cabo en la zona comurbada Veracruz- Boca del Río la tarde de este domingo.
Desde las tres y media de la tarde comenzaron a llegar los integrantes de la comunidad LGBTTTI al punto de reunión ubicado en el boulevard Ávila Camacho, a unos metros del boulevard Ruiz Cortínes. Flypy Morales de Franco, presidenta de la asociación civil “Por un Veracruz sin discriminación”, recordó que estas manifestaciones se realizan desde hace ocho años en junio, pues el mes dedicado a la diversidad sexual y al orgullo gay.
Por su parte, Jazziel Bustamante Hernández, integrante del Observatorio Ciudadano de los crímenes de odio, aseguró que el Estado de Veracruz sigue ocupando el primer lugar a nivel nacional en crímenes de odio pues en lo que va de este año han asesinado a 13 personas de la comunidad LGBTTTI y de estos casos sólo dos se han esclarecido teniendo como resultado la detención de los responsables. Los casos resueltos son el de un chico de Xalapa y otro de Cosamaloapan. Los miembros de la comunidad LGBTTTI se enfrentan a una sociedad que todavía no los acepta abiertamente pues hay prejuicios que todavía no pueden liberar de ssu mentes conservadoras e ideas que les es difícil asimilar como el hecho de saber que dos personas del mismo sexo tienen una relación sentimental. “Siempre que quieren atacar a la comunidad lo hacen diciendo que la Biblia dice que Dios creó a Adán y Eva para reproducirse y que Dios creó al hombre y a la mujer, que Dios aborrece al hombre que se acuesta con otro hombre y esas cosas con las que nos martirizan psicológicamente a los gays y a las lesbianas”, dijo un integrante de la comunidad, quien coreó con otros compañeros la frase “Más amor y menos odio”.
En la marcha destacó la presencia de una señora que traía un letrero que decía: “Marcho por mi hijo”. Al ser entrevistada, Ángela dijo que supo de la orientación sexual de su hijo porque él se lo confesó, nunca pasó por su mente la idea de darle la espalda porque considera que todas las madres deben apoyar a sus hijos en esos momentos en que la sociedad y sus propios amigos lo rechazarán por tener una orientación sexual diferente. Reconoció que para algunas madres no es fácil aceptar a sus hijos gays o lesbianas porque se rompe esa ilusión que ellas tienen de ver a sus hijos casados y con familia, pues a pesar de que tienen sus parejas la mayoría no se casan y adoptar hijos por familias homoparentales es algo que todavía no es bien visto por la sociedad mexicana.
Con un nudo en la garganta, Ángela dice que mientras ella viva, nada le faltará a su hijo en el aspecto emocional, siempre tendrá la protección, el cariño y los consejos que sólo los padres pueden darle a un hijo. Haciendo un recorrido por la marcha, encontramos a varias parejas de lesbianas, quienes no expresaban mucho afecto entre ellas públicamente porque todavía hay gente que no ve como normales este tipo de relaciones entre dos mujeres. Aunque su círculo de amistades si sabe que son lesbianas y las aceptan, no lo andan pregonando a los cuatro vientos ni publican cosas de su vida privada en las redes sociales porque están conscientes que a la sociedad le ha costado trabajo aceptarlas.