Leopoldo Tlaxalo

El presidente de la asociación civil “Jarochos” que atiende a la comunidad LGBTTTI, Guillermo Yzacur Maldonado aseguró que durante este año se han registrado15 casos de discriminación en contra de la comunidad LGBTTTI, pero desafortunadamente los casos quedan impunes pues la Fiscalía General del Estado no ha hecho nada al respecto, pues prefiere darle carpetazo a las denuncias.
Los casos de discriminación se registran en bares y restaurantes, cuyos dueños les impiden la entrada al detectar que son chicos gays, chicas lesbianas o mujeres trans. Las personas homofóbicas también los han golpeado a la salida de los establecimientos. Los miembros de la comunidad LGBTTTI también son hostigados en las calles de la conurbación Veracruz- Boca del Río. En Xalapa también se registran este tipo de agresiones.
Yzacur reconoció que la Comisión Estatal de Derechos Humanos no es aliada de la comunidad LGBTTTI pues no intervienen para defenderlos de agresiones en bares y restaurantes, aun cuando se vulneran sus derechos humanos, pues la CEDH sólo interviene en asuntos laborales, es decir, cuando son corridos de algún trabajo por su orientación sexual.
Guillermo Yzacur Maldonado comentó que a las parejas del mismo sexo no les permiten hacer su recepción en muchos salones de eventos y jardínes de la zona conurbada Veracruz- Boca del Río, lo cual es una muestra de discriminación a las personas con otra orientación sexual, quienes no están pidiendo ningún favor, pues requieren de un servicio y algunos empresarios no están dispuestos a dárselo ni aun pagando. Desafortunadamente los prejuicios sociales de algunos veracruzanos les impiden rentar los salones y jardínes para las bodas gays. De hecho, sólo hay cinco lugares en Veracruz- Boca del Río donde las parejas del mismo género pueden realizar la recepción de su boda.
A pesar de que los miembros de la comunidad LGBTTTI han interpuesto las denuncias correspondientes por el delito de discriminación ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, ésta no ha hecho nada al respecto, por lo que los gays se sienten desprotegidos ante un sistema que no está capacitado para defender sus derechos.