Leopoldo Tlaxalo

María Eugenia Cruz Mejía, “Marú”, es una joven mujer que tiene un hijo de tres años y quien desafortunadamente sufrió de violencia familiar por parte de su esposo, Antonio Wilggins Jiménez, quien le dio siete puñaladas en el cuerpo de la frágil mujer afuera de las instalaciones donde ella trabaja. La pareja está en trámites de divorcio. A consecuencia de la agresión de Antonio, Marú se debate entre la vida y la muerte, pues afortunadamente vive gracias a un milagro y a que Dios es muy grande. El agresor fue puesto a disposición de la Fiscalía pero hay temor de que salga libre en cualquier momento pues la justicia en Veracruz no se aplica como debería ser y esto provoca que se vean asesinos, secuestradores, pederastas, violadores y ladrones gozando de libertad aun cuando se les comprobó su culpabilidad en los hechos imputados y a gente buena pero de escasos recursos encarcelados. El temor de amigos y familiares de Marú es porque supuestamente la mamá de Antonio tiene influencias.
Familiares y amigos de Marú se manifestaron con pancartas exigiendo justicia para la mujer agredida y exigen a las autoridades correspondientes que no dejen en libertad a Antonio Wilggins Jiménez, pues siendo tan violento es un peligro para la humanidad. Daniel Cruz, padre de Marú, encabezó la manifestación y dijo que espera que no dejen salir libre a Antonio, pues es un hombre que pudo haber matado a su hija. Por supuesto que quieren que el sujeto se mantenga alejado de Marú. Algunas de las pancartas en apoyo a Marú decían: “25 de noviembre, día internacional de la violencia contra la mujer, Justicia para Marú”, “Sr. Gobernador solicitamos su ayuda para que se haga justicia para Marú”, etc. Ninguna mujer puede celebrar el día internacional de la violencia contra la mujer cuando hay una de su género hospitalizada a consecuencia de una golpiza o un intento de asesinato. Los discursos de las autoridades diciendo que acabarán con la violencia en contra de la mujer se escuchan huecos cuando hay mujeres que siguen padeciendo la violencia de parte de sus parejas.
El papá de Marú dijo que su yerno le dio siete puñaladas a su hija que le dañaron un pulmón, la tráquea, el estómago, el intestino y el diafragma. Debido a las lesiones sufridas, Marú no se puede comunicar con nadie, se comunica a través de un abecedario que le dio su hermano. Hasta el momento se desconoce cuales serán las secuelas que le queden a Marú tras las agresiones de Antonio Wilggins.