JC Chávez Jr era el castigador de la chapiza: FGR

La Fiscalía General de la República (FGR) soltó el gancho al hígado más brutal en la historia reciente del deporte y del crimen organizado en México: Julio César Chávez Jr., el hijo del gran campeón nacional, no sólo se perdió entre adicciones y derrotas, sino que terminó convertido en el “golpeador” oficial del Cártel de Sinaloa, bajo las órdenes de “Los Chapitos”.

Según las revelaciones de la FGR, “Julito” se encargaba de castigar -literalmente a puñetazos- a sicarios del mismo grupo que cometían errores, o a rivales capturados.

A las víctimas las colgaban como costales de boxeo y él se encargaba de “ajustarles las cuentas”… moliéndolos a golpes.

El hijo del ídolo mexicano usaba sus puños y su entrenamiento como boxeador profesional para destrozar a seres humanos indefensos, en bodegas y casas de seguridad.

Las escuchas telefónicas intervenidas por la FGR entre 2021 y 2022 detallan cómo Néstor Isidro Pérez Salas, alias “El Nini”, jefe de sicarios de “Los Chapitos”, ordenaba amarrar y colgar a sus subordinados.

Después, llamaban a “Julito” para que “entrenara” con ellos. Un verdadero espectáculo de terror que supera cualquier pesadilla.

“OVIDIO ES UNA GRAN PERSONA”

La historia se vuelve todavía más grotesca cuando recordamos que Julio César Chávez Jr. declaró abiertamente conocer a Ovidio Guzmán, “El Ratón”, líder del Cártel de Sinaloa y hoy preso -como informante- en Estados Unidos.

“Es tío de mi hija y conmigo es una gran persona”, dijo alguna vez en un video que grabó y que circula en redes.

De “buen amigo”, pasó a ser verdugo del cártel.

Mientras tanto, la Fiscalía guardó silencio. Sabían de sus “servicios” al narco desde 2019, obtuvieron la orden de aprehensión en 2023, pero nunca la ejecutaron ni pidieron su localización en Estados Unidos, donde Chávez Jr. vivía gran parte del tiempo y peleaba públicamente, haciendo grandes campañas de promoción, de las que la FGR nunca se enteró.

LA PRESIDENTA NO ESTABA INFORMADA

La presidenta Claudia Sheinbaum confesó no tener conocimiento de la orden de aprehensión y se enteró al mismo tiempo que todos, cuando EU lo detuvo en Los Ángeles tras su última derrota.

Hace apenas unos meses, Sheinbaum organizó una clase masiva de box en el Zócalo de la CDMX con el padre del detenido, el campeón mundial Julio César Chávez, sin imaginar que su hijo tenía para entonces una orden federal de aprehensión vigente y estaba prófugo.

Un episodio incómodo que exhibe la falta de coordinación (o la protección deliberada) de la FGR, encabezada por Alejandro Gertz Manero, quien omitió tan delicada información a la presidenta.

FRACASO EN EL RING, VIOLENCIA EN LA SOMBRA

La caída de “Julito” empezó mucho antes de colgarse a las sombras del narco.

Nunca fue el heredero que su padre soñó.

Entre adicciones, escándalos y derrotas (como la reciente ante el youtuber Jake Paul, quien lo venció por decisión unánime el 28 de junio pasado en Anaheim), su carrera fue un vaivén de fracasos.

Aquella promesa del joven invicto que ganó el título mundial en 2011 se esfumó rápido.

Perdió contra “Maravilla” Martínez en 2012, dio positivo a marihuana, y desde ahí la espiral fue imparable: detenciones, ‘doping’, shows mediáticos y peleas perdidas.

Al final, la frustración que no pudo canalizar en el ring, la descargó sobre cuerpos atados, colgados, indefensos.

De campeón frustrado a verdugo clandestino, el hijo de la leyenda pasó de los reflectores del boxeo a la penumbra más brutal del crimen organizado.

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