Observador veracruzano

 
Tal y como había sido anunciado el gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa dio su último grito para celebrar la independencia de México en la ciudad de Xalapa, donde no le importó la situación económica crítica que viven los veracruzanos gracias a sus desvíos de recursos, despilfarros y desordenes financieros,
pues trajo al cantante Espinoza Paz para que le cantara a los xalapeños y le pagó sus honorarios con dinero de los impuestos de todos los veracruzanos.
La mayoría de los que estaban en la Plaza Lerdo que fueron a escuchar el grito de Duarte eran acarreados, gente que sabe que todos los años tiene que ir a llenar esa plaza porque mucha gente no va por su propio pie debido al rechazo tan grande que despierta la figura del gobernador. Son acarreados que se venden por una torta y un refresco o una raquítica remuneración económica con la que podrán comer dos o tres días, para el resto de la semana, los meses y los años vivir lamentándose por sus problemas económicos.
Desde el balcón central de Palacio de Gobierno, con esa voz tipluda que lo caracteriza, el gobernador dijo las mismas frases que repiten las autoridades municipales, estatales y federales la noche del 15 de septiembre. También recordó a los héroes de la Independencia. Duarte estuvo acompañado del presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Veracruz, Alberto Sosa Hernández y la presidenta de la Mesa Directiva del Congreso del Estado, Octavia Ortega Arteaga, así como de su esposa Karime Macías de Duarte y sus hijos Javier y Carolina.