Leopoldo Tlaxalo
La Semana Santa 2017 inició con el tradicional domingo de Ramos en el que los vendedores venden sus palmitas para que sean bendecidas por los sacerdotes de las iglesias católicas. En la misa dominical se hace la eucaristía que representa la pasión de Jesucristo. Con el inicio de la Semana Santa se invita a la gente a reflexionar sobre lo que han hecho bien y lo que han hecho mal y enmendar sus errores para alcanzar la gloria. Nos espera una semana de celebraciones en las iglesias católicas para recordar a ese buen hombre que murió clavado en la cruz por todos los pecadores.
El jueves habrá lavatorio de pies para recordar como Jesús le lavó los pies a sus discípulos poniendo el ejemplo de humildad y de que venimos a este mundo a servir a los demás. El viernes se proclamará la palabra de Dios y habrá la tradicional procesión del silencio en el que los feligreses cargan la cruz de Cristo. El sábado es sábado de gloria y el próximo domingo de resurrección. Ahí termina la Semana Santa. Los vendedores de palmitas se han quejado amargamente de que las ventas no son tan buenas como en años anteriores y como va transcurriendo el tiempo van mermando sus ganancias. Lo bueno es que ellos se dedican a otras actividades el resto del año, si no no podrían subsistir con la venta de palmitas. Han tenido que darlas más baratas con tal de que no se les quede la mercancía.