Carlos Hernández

11 trabajadores que fueron despedidos injustamente por el dueño del equipo de fútbol Tiburones Rojos, Fidel Kuri Grajales se manifestaron afuera de las instalaciones del Organismo Público Local Electoral porque buscaban tener un diálogo con Fidel Kuri y recordarle que les debe su liquidación, pero los empleados se quejan de que en anteriores ocasiones el ahora candidato a la alcaldía de Veracruz por la alianza PRI- PVEM se ha negado al diálogo pues sabe que le exigirán lo que la ley establece cuando un empleado es despedido injustamente.
Ana Lucero, una de las afectadas aseguró que muchos empleados tenían laborando hasta 20 años en el estadio Luis “Pirata” de la Fuente haciendo diversas actividades relacionadas con mantenimiento, lavandería, limpieza, el manejo del camión, entre otras. Los empleados llevan siete años peleando su liquidación. “Son personas mayores, ya no les dan trabajo, el señor Kuri no se digna a hablar con ellos y él mismo lo dijo: ‘no voy a pagar ni madres’, no acepta el diálogo, como es que pide el voto al pueblo, si él no cumple. Es algo injusto”.
“Son once personas afectadas pero los demás no pudieron venir porque de una u otra forma tienen que trabajar lavando, planchando, barriendo o de lo que sea”, dijo una de las mujeres que está desesperada porque perdió su fuente de ingresos y por su edad es difícil conseguir empleo. “No están peleando algo ilógico si no lo que se trabajó. Ellos están decepcionados porque trabajaron, dieron todo su esfuerzo y solo recibieron una patada por el trasero”, relató Ana Lucero, quien añadió que no hay ninguna promesa por parte de Kuri Grajales para pagarles a sus ex empleados a pesar de que a ellos les asiste la razón porque los laudos están a favor de los trabajadores entre los que se encuentran casos de personas en situación vulnerable como el de una de las afectadas quien tiene un niño discapacitado. Otro caso donde se ve la necesidad de tener un empleo es el de un señor que está enfermo de los riñones y se tiene que estar dializando, sus tratamientos son caros por lo que enfrenta una situación complicada. “Los laudos ya están a favor de nosotros pero compran a los abogados, compran a la autoridad… Desde el 2011 tenemos este problema. No hay forma de hablar con el señor”, agregó uno de ellos.
Clemente Jorge Delfín Enríquez, otro de los afectados aseguró que todos laboraban en el estadio. Él tenía 10 años desempeñándose como conductor del autobús que transportaba a los jugadores del equipo.