Por el simple hecho de practicar danza, niños y adolescentes reciben críticas, rechazo y bullying por parte de las personas cercanas a ellos, incluidos sus mismos familiares.
“Hemos tenido casos en los que hasta la familia les prohíbe bailar y muchos niños tienen el talento y nunca tienen el apoyo; en sus escuelas sus mismos compañeros se ríen de ellos, se burlan. Sus mismas compañeras les dicen que son gays, maricones o afeminados porque están bailando, hay mamás que llevan a escondidas del papá a sus hijos porque el papá no los apoya”, lamentó el director del Festival Internacional de las Artes, Edwin Uscanga, quien añadió que se hacen eventos para darle el apoyo a todos esos niños que quieren bailar.
De igual forma, manifestó que es necesario romper el estereotipo de que esta actividad es exclusivamente para mujeres, recordó que en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río hay un importante número de varones que practican este arte.
Edwin Uscanga, aseveró que los patrones machistas arraigados en la sociedad, impiden el desarrollo de los bailarines quienes incluso buscan salir del país para obtener mayores oportunidades de crecimiento en esta rama artística.