
La presidenta de la junta de Conciliación y Arbitraje número 9, Candelaria de los Ángeles Dimas solapa los actos de corrupción de la secretaria de la junta especial número 9 de la local de Conciliación y Arbitraje en el Estado de Veracruz, Bárbara Araceli Molina Centeno, quien tiene señalamientos de corrupción por parte de dos abogados que prefieren reservarse su nombre, pero que han difundido sus señalamientos a través de las redes sociales.
Desde el año 2012 se supo que Bárbara cometía actos de corrupción cuando era actuaria de la junta especial número 17 con sede en Veracruz. Nunca se defendió de los señalamientos ni limpió su reputación.
En su entorno se ha hecho una mala fama, pero desafortunadamente no la han podido remover de su cargo. Sus jefes la protegen, pues sería muy extraño que los comentarios en contra de esta servidora pública no hayan llegado a los oídos de sus jefes.
En redes sociales también han exhibido a Bárbara, quien le dice a sus amigos, aliados y conocidos que la defiendan diciendo que ella es una persona de comportamiento intachable. La duda sobre la honorabilidad de Bárbara queda sembrada y la gente que la trata en la junta de Conciliación y Arbitraje vive en carne propia la forma en la que se maneja. Es lamentable que la presidenta tenga actos de favoritismo con una empleada que está manchando la imagen de la junta de Conciliación y Arbitraje número 9.