
La suspensión abrupta de los servicios de alimentación en los hospitales del sistema IMSS-Bienestar de Veracruz ha desatado un escándalo que pone en evidencia graves fallas en la administración pública. Desde esta noche, pacientes, médicos y personal de enfermería quedaron sin cena debido a que la empresa encargada de proveer alimentos detuvo sus operaciones ante una deuda millonaria acumulada desde julio de 2024.
Según fuentes cercanas al caso, las oficinas centrales de IMSS-Bienestar adeudan más de 100 millones de pesos, dejando a la empresa contratada sin liquidez para continuar prestando el servicio.
Esta situación no solo afecta a los pacientes, muchos de los cuales requieren dietas específicas para su recuperación, sino también a los trabajadores de la salud, quienes enfrentan largas jornadas sin alimento.
La falta de pagos no es un problema nuevo en el sistema de salud pública, pero la magnitud de esta crisis ha generado indignación. Médicos y enfermeras expresaron su preocupación, señalando que la falta de comida pone en riesgo a pacientes en condiciones críticas, como aquellos en tratamientos prolongados o con restricciones dietéticas estrictas.
“Es inhumano que esto esté ocurriendo. Los pacientes no solo necesitan medicamentos, también requieren una nutrición adecuada. ¿Cómo esperan que se recuperen si ni siquiera tienen qué comer?”, comentó un médico bajo condición de anonimato.
Por su parte, familiares de pacientes han comenzado a organizarse para llevar alimentos a los hospitales, aunque muchos lamentan que no todos los afectados tienen redes de apoyo o recursos para hacerlo. “No podemos quedarnos de brazos cruzados, pero esto no es nuestra responsabilidad. Es el colmo que una institución como el IMSS permita que esto suceda”, señaló indignada una madre afuera de un hospital en Xalapa.
La suspensión de los servicios de alimentación se mantendrá, al menos, durante todo el miércoles, dejando a cientos de pacientes y trabajadores en una situación crítica. Aunque autoridades del IMSS-Bienestar aún no han emitido un comunicado oficial, la presión pública está creciendo.
La incertidumbre sobre quién asumirá la responsabilidad de esta crisis alimentaria genera preguntas incómodas. ¿Por qué una deuda de tal magnitud no fue atendida a tiempo? ¿Cuánto más deberá esperar la empresa proveedora para recibir su pago?
Lo cierto es que, mientras las respuestas llegan, los hospitales de Veracruz enfrentan una noche larga y, para muchos, un día más de hambre.
Fuente: Rotativover