
Ángel Pulgarón es un hombre de 80 años que por su discapacidad tiene que utilizar silla de ruedas. No tiene casa propia y lo abandonó su familia por lo que la pandemia del Covid-19 ha sido un martirio para él pues en lugar de quedarse en casa como recomiendan las autoridades de salud a los adultos mayores, Ángel tiene que dormir en un parque del municipio de Medellín de Bravo, junto a un árbol borrego.
Pulgarón llega temprano a Medellín de Bravo y los comerciantes de la zona muestran su solidaridad y buen corazón al darle de comer al anciano. A pesar de que está a unos metros del Palacio Municipal de Medellín, ninguna autoridad se ha acercado a él para ofrecerle un albergue donde pueda pasar la noche o algún tipo de apoyo económico.
Ángel sólo vive del apoyo económico que el presidente Andrés Manuel López Obrador le da a los adultos mayores a partir de los 68 años a través de la Secretaría del Bienestar. Es poco el recurso, pero él se encarga de que rinda y cuando se le acaba, nunca falta alguna mano generosa que le ayude. En las calles de Medellín de Bravo, Ángel soporta todo tipo de cambios meteorológicos: cuando llueve se guarece en el techo del edificio de obras públicas y cuando hace calor nunca falta alguien que le da agua para que no se deshidrate.
Ángel Pulgarón es conocido en Medellín de Bravo por los trabajadores municipales, quienes lo ven con simpatía, algunos le dan unas monedas, otros lo invitan a desayunar o a comer y muchos simplemente le regalan una sonrisa o lo ignoran. Ángel agradecería que alguno de estos empleados municipales le regalen una despensa para pasar la contingencia sanitaria sin aprietos económicos, pero nadie lo ayuda.
Los hijos de don Ángel Pulgarón se portaron ingratos con él porque lo abandonaron a su suerte. No lo han vuelto a buscar ni siquiera para protegerlo ante la pandemia de Covid-19. Antes de vivir en la calle, la morada de Ángel era con una familia que le prestaba un espacio para habitar, pero el anciano tuvo que dejar la comodidad de tener un techo donde vivir porque hubo conflictos con una persona.
El único que le tiende la mano a Ángel Pulgarón es un sobrino que a veces le da un taco y quiere llevárselo a vivir con él. Aunque no tendrá lujos en esa casa, por lo menos tendrá casa, vestido y sustento.
Ángel solicita apoyo del gobierno estatal o municipal para subsistir durante la emergencia sanitaria por Covid- 19, pero no obtiene respuesta de ninguna autoridad. Por su edad y discapacidad nadie le da trabajo. A pesar de la adversidad, Ángel Pulgarón no pierde la ilusión de vivir.