Observador veracruzano

Por lo visto el ex gobernador Javier Duarte de Ochoa sigue acumulando denuncias en su contra y lo peor del caso es que sigue prófugo de la justicia. Duarte enfrenta acusaciones ante la Procuraduría General de la República, que incluso ofrece una recompensa de 15 millones de pesos a quien aporte información para lograr su captura. Se le vincula con ilícitos como desvío de recursos y lavado de dinero. Duarte también enfrenta señalamientos del PAN, PRD, Morena y hasta de su ex partido, el PRI, que lo expulsó de sus filas en octubre pasado.
La más reciente denuncia contra Duarte la hizo el Partido de la Revolución Democrática, cuyo presidente estatal, Jesús Velázquez Flores, señaló al ex gobernador ante las autoridades de procuración de justicia por presuntos delitos contra el servicio público. El líder del PRD también incluyó en su denuncia al ex gobernador interino del estado, Flavino Ríos Alvarado, retomando el caso del helicóptero que el gobierno del estado facilitó a Javier Duarte, cuando éste ya había solicitado licencia para separarse del Poder Ejecutivo.
Como elemento de prueba, el dirigente perredista aportó una entrevista que Ríos Alvarado concedió a un medio informativo, ante cuyos micrófonos reconoció el préstamo de la aeronave. Sostuvo que el ex gobernador interno habría incurrido en el delito de Ejercicio Indebido del Servicio Público.
No se trata de un caso nuevo, porque el tema del helicóptero que uso Duarte para huir ya se había ventilado; lo que no existía era la denuncia a la que se refiere el dirigente del PRD. Para defenderse y salvar el pellejo, Flavino Ríos dijo que no sabía de la existencia de una orden de aprehensión contra Javier Duarte, por lo que pidió al aeropuerto que le diera todas las atenciones.
Hoy, Duarte de Ochoa sigue prófugo y crece la percepción de que el caso podría quedar impune. Si las autoridades federales no lo detienen antes de la elección municipal de 2017, el costo político que llevará sobre sus hombros el Partido Revolucionario Institucional será alto, a tal grado que se habla que podría perder las alcaldías del Estado de Veracruz.