Leopoldo Tlaxalo
Con flores, agua, escobas, cubetas, palas, machetes, comida y hasta con mariachis llegaron familias enteras a los panteones que hay en la zona conurbada Veracruz- Boca del Río, donde yacen los restos de aquellos que ya no están con nosotros. Los cementerios registraron llenos totales a determinadas horas el día 2 de noviembre, el único día en que la gente recuerda que en esos panteones descansan los restos de alguien a quien en vida decían querer mucho, pero que desafortunadamente sólo visitan el día de muertos, el día de las madres y si acaso el día que cumplía años el occiso o cuando se conmemora el aniversario luctuoso.
Pero no todas las tumbas son visitadas por los familiares, hay algunos que por diversos motivos no acuden desde hace años a llevarle flores a sus muertitos, como si al morir también enterraran los recuerdos, anécdotas y cosas bonitas que unían al vivo con el muerto. En contraste, existen otras personas que van al panteón cada que sus ocupaciones se lo permiten o tienen un tiempo libre, pero lo hacen con frecuencia, llevan flores sabiendo que se marchitarán muy pronto o que alguien se las robara.

Si su solvencia económica se los permite, también llevan mariachis, el cual canta aquellas interpretaciones que le gustaban al muerto. La canción que más se escucha en un panteón por el contenido de la misma es “Amor eterno”. Otros más le piden al mariachi o al trío que ejecute otras piezas musicales que eran del agrado del occiso. Cuando el mariachi canta, los deudos no pueden evitar derramar algunas lágrimas al recordar a ese ser que fue tan valioso e importante para ellos.
Desafortunadamente hay algunas personas a las que no les gusta mantener vivas las tradiciones de visitar a sus fieles difuntos el 1 y 2 de noviembre, no porque no quieran al muerto simplemente porque les deprime ir al panteón y prefieren recordarlo con una ofrenda desde sus hogares. Otros más han adoptado costumbres extranjeras como el Halloween.
Los que siempre se quejan de que no les va bien en las ventas son los comerciantes de flores como el cempazuchitl, muy típica de estas fechas. Y es que ya no acude tanta gente como hace años, en los que hasta hacían cola para entrar. Se pudo apreciar que afuera de los panteones se registraba caos vial, pues era difícil encontrar estacionamiento y algunos peatones tenían que torear a los automóviles que circulaban sin precaución. Por eso algunos elementos de Tránsito estuvieron dándoles paso a los automóviles y cuidando a los peatones de tener algún percance.