Observador veracruzano

Cuando el gobernador Javier Duarte de Ochoa estaba en la plenitud del poder, todos eran sus amigos, se peleaban por una foto con él y por estar a su lado, pero ahora que el hombre es una verguenza a nivel internacional porque ha sido exhibido como un ratero y corrupto ante todo el mundo,
todos aquellos que antes lo alababan y lo consideraban su amigo, ahora lo niegan. Y es que dicen que cuando un barco se está hundiendo las primeras en salir corriendo son las ratas.
Si antes era un honor decir que eras amigo de Duarte, ahora es una verguenza. Esto lo sabe perfectamente el empresario José Antonio Sierra, quien dijo que no es amigo de Duarte y negó tajantemente haberle cedido uno de sus aviones para que éste se fugara de Veracruz. Todos especulan que Duarte está en Canadá y que huyó en un avión, pero falta investigar a quien pertenece ese helicóptero, quienes lo ayudaron a escapar y dónde se encuentra en este momento.
José Antonio Sierra es conocido en el ambiente social porteño como un hombre rico pero ahora dice que no tiene un avión, así que esa puede ser la razón por la que no se lo prestó a Duarte. Hace nueve años no tiene aviones, pero si tuvo. Sierra ya no quiere que lo relacionen con Duarte pues esas notas que afirman que él lo ayudó a escapar le puede generar una imagen negativa ante la sociedad. José Antonio fue síndico del ayuntamiento de Veracruz en la administración de Carolina Gudiño Corro y tal vez no quedó con un buen sabor de boca en su fugaz paso por la política. A él lo que le gusta es generar empleos.