Un buen día Mateo amanece con la noticia de que su madre, Raquel, está atrinchera en su departamento de la Col. Condesa, armada con las suficientes bombas molotov amenazando con hacerlas explotar. Raquel debe de enfrentar a Miguel y a Jennifer sus otros dos hijos, quienes ya no la creen capaz de valerse por sí misma y quieren llevársela a una casa de retiro, pero Raquel está dispuesta a pelear por su destino, y si tiene que hacer volar el edificio para evitar que se la lleven no lo dudará. Sin embargo, Mateo, su hijo mayor, quien regresa luego de muchos años de ausencia, aparece, súbitamente, por la ventana del segundo piso en el que vive Raquel para convertirse en el mediador de la familia. Y apenas cruzan las primeras palabras madre e hijo los sentimientos y emociones estallarán entre ellos.
Una historia sobre la vejez y las relaciones entre padres e hijos cuando se acerca la muerte.