La gobernadora Rocío Nahle anunció el lunes pasado, muy ufana, que habían comprado 4 autobuses nuevos para el traslado de artistas y deportistas veracruzanos a eventos dentro del país.
Pues bien, iba un autobús con los músicos que tocan son jarocho rumbo al Festival Cervantino, cuando de repente se escucho un estruendo dentro del vehículo y se dio la sospecha de posible fuego, por lo que bajaron para resguardarse.
Eso fue cerca de las 4 de la tarde.
Lo bueno: Aproximadamente una hora después llegó una patrulla a custodiarlos y les avisaron que ya iba otro autobús para transportarlos.
Lo malo: O el autobús no era nuevo o salió terriblemente defectuoso.
¿A quién se lo habrán comprado?

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