Esta tarde me enteré por conducto de mi queridísimo Mario Olvera de Gasperin, del grave quebranto de la salud de mi muy querido y admirado amigo, Capitán de la Armada de México, Rafael García Anaya.

Afortunadamente, el Almirante Rafael García Urbina, hijo del “Capi”, vía telefónica, me confió que, no obstante continuar en terapia intensiva del Hospital Naval de Veracruz, la fortaleza de mi compañero de la LIII Legislatura Federal le permitió superar la etapa crítica.

Espero que muy pronto podamos reunirnos con el mismo entusiasmo de siempre.

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