La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo presentó una iniciativa para impedir que alcaldes actuales puedan dejar en el cargo a sus familiares. Ahora dijo que no habrá impedimento para que puedan dejarle el cargo a sus familiares porque la ley del nepotismo aplicará en 2027 y la ley de no reelección en 2030.

Al decir primero una cosa y luego otra, la presidenta queda mal parada con los mexicanos quiénes la perciben como una mujer poco seria, a la que le falta mano dura para decir aunque no esté en la ley no está permitido que los alcaldes hereden los cargos a sus familiares. Es un principio de la cuarta transformación.

Va perdiendo credibilidad la presidenta al emitir un mensaje un día y una semana después otro mensaje totalmente contradictorio al de la semana anterior. Se ve tibia y estos detalles son los que merman su administración. En los tiempos de Andrés Manuel López Obrador bastaba su palabra para que algunos mexicanos hicieran la santa voluntad de López. Si hablaba mal de alguna persona el ex mandatario, el pueblo “bueno y sabio” lo descalificaba en las redes sociales. Si les hubiera dicho que lincharan a alguien lo hubieran hecho, sin pensar en las consecuencias de sus actos ni analizar si esa persona de la que AMLO se expresaba mal era buena o mala. Si era enemigo del presidente, era enemigo de todos los mexicanos, dijo en alguna ocasión un tipo descerebrado en una mesa del café en el puerto de Veracruz, mientras la gente sentada a su alrededor lo escuchaban atónitos al ver salir de su boca tanto disparate y alabanzas hacia AMLO.

Surgen comparaciones entre Andrés Manuel López y Claudia Sheinbaum, y desafortunadamente ésta última sale perdiendo en las comparaciones. Algunos mexicanos dicen extrañar al presidente populachero, irreflexivo y que se metía en camisa de once varas, enredos de los cuales salía airoso pero decepcionaba a la gente que votó por López en alguna elección.

A pesar de sus declaraciones que muchas veces emitía sin conectar la lengua con el cerebro y provocaba reacciones adversas, López logró ganarse el cariño de un sector de la población deseoso de tener un ídolo populachero al cual admirar, un político al que sentían como suyo y que uno de sus principales aciertos fue la implementación de los programas sociales como la pensión para adultos mayores, personas con discapacidad y programas como jóvenes construyendo el futuro y sembrando vida.

Claudia Sheinbaum está haciendo su trabajo bien a secas, no tiene el carisma de López, le falta mucho pero ahí la lleva. Pero si se le crítica que sobre el tema del nepotismo primero diga una cosa y luego otra. Este martes dijo que no habrá impedimento para que los alcaldes hereden el cargo a sus familiares cuando la semana pasada dijo lo contrario. Si hubiera dicho que a pesar de que no está en la ley lo del nepotismo pero que no está permitido que alcaldes hereden el cargo por un principio de respetar las palabras de la presidenta, aunque no estuvieran de acuerdo los alcaldes reculan y no dejan en el cargo a sus esposas, hijos, hermanos y demás familiares.

Definitivamente en este tema le faltó más firmeza a la presidenta. Si hubiera querido presentar la iniciativa en octubre lo hubiera hecho y a eatas alturas ya estaría aprobada en la constitución.

Si la presidenta logra eliminar los diputados y senadores plurinominales se habrá echado a la bolsa a un sector de la población que está harto de estos funcionarios que ocupan una curul por amiguismo, compadrazgo y por el pago de favores.

Que eliminen a los pluris, es la exigencia del pueblo no bueno ni sabio porque nadie es bueno, sino solo Dios. No somos sabios porque todos somos ignorantes en alguna ciencia. No podemos saberlo todo.

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