
El gobierno de España calificó como “inaceptable” la decisión de no invitar al Rey Felipe VI a la ceremonia de toma de posesión de la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, programada para el 1 de octubre en Ciudad de México. En respuesta, el Ministerio de Exteriores español anunció que no participará en el evento a ningún nivel oficial.
Claudia Sheinbaum, quien ganó las elecciones presidenciales el pasado 3 de junio frente a Xóchitl Gálvez, se convertirá en la nueva presidenta de México, sucediendo al actual presidente Andrés Manuel López Obrador. La relación entre México y España se tensó en 2022 cuando López Obrador declaró una “pausa” en las relaciones diplomáticas, argumentando que España no mostraba “respeto” hacia México.
El presidente mexicano manifestó en julio de este año que Sheinbaum podría restaurar las relaciones bilaterales, describiéndola como una “mujer inteligente y respetuosa”, dejando abierta la posibilidad de mejorar los vínculos entre ambos países.
Las tensiones diplomáticas comenzaron en 2019 cuando Andrés Manuel López Obrador pidió al Rey Felipe VI una disculpa por los agravios cometidos durante la conquista de México. La solicitud nunca fue respondida por parte del monarca español, lo que contribuyó al enfriamiento de las relaciones entre ambas naciones.
Tradicionalmente, don Felipe ha asistido a las tomas de posesión de presidentes en Iberoamérica, tanto como Príncipe de Asturias como en su rol actual de Rey. Sin embargo, en esta ocasión, la falta de invitación ha motivado la ausencia de cualquier representante oficial de España en la ceremonia.