Después del lamentable fallecimiento del Papa emérito Benedito XVI a sus 95 años, el obispo de Veracruz, Carlos Brisño Arch, recordó que durante su vida religiosa tuvo la oportunidad de saludar 3 veces a Joseph Ratzinger, nombre real del Papa emérito Benedicto XVI.
Briseño Arch conoció a Benedicto XVI desde que era cardenal hasta que fue elegido sucesor del apóstol Pedro. El obispo describe al Papa como un hombre sabio humilde y sencillo.
“Yo tuve tres encuentros con él, personales que me dejaron gran huella, el primero de ellos fue cuando era todavía cardenal, que iba caminando a la plaza de San Pedro y él se acercó a saludarme con gran cariño, con gran entusiasmo, con gran alegría”.
El segundo encuentro de ambos representantes de la iglesia católica fue cuando Joseph Ratzinger ya era Benedicto XVI: “El segundo fue ya de Papa, en El Vaticano cuando me preguntaba sobre el cardenal Norberto, sobre la iglesia de México, sobre los mexicanos y mostraba un gran afecto hacia México”.
La tercera ocasión fue en su visita a México en el Estado de Guanajuato, en 2012.
“El tercer encuentro fue en León Guanajuato, donde nos encontramos tuve la oportunidad de verlo, en todos los encuentros él siempre te miraba a los ojos y te daba un abrazo”.
Carlos Briseño Arch tiene una imagen de Benedicto XVI muy diferente a como lo describen los medios de comunicación. “Era un hombre muy afectuoso, contrariamente a como lo describen los medios de comunicación, un hombre verdaderamente entrañable, un hombre muy sencillo y humilde”.
El obispo de Veracruz afirma que Benedicto XVI fue un hombre sencillo, humilde y muy sabio.
“Si alguna cualidad podemos destacar de él es precisamente esa sencillez, esa humildad porque era un hombre muy sabio, sabía mucho de teología y un hombre muy profundo pero al mismo tiempo un hombre sencillo”.
El párroco de la catedral de Veracruz, Aurelio Mojica Limón indicó que en cada misa se pedirá a Dios por el eterno descanso del Papa emérito Benedicto XVI.
El obispo comentó que la diócesis de Veracruz se une a la pena que embarga a la santa sede.