Nada personal
Por: Jorge A. González
Se avecinan las elecciones más importantes y complejas de la historia del México moderno.
El 6 de junio se renovarán 15 gubernaturas y más de 21 mil puestos de elección popular y proporcional.
La pelea por los escaños será sin duda encarnizada, por lo menos así se vislumbra ante este panorama de incertidumbre.
Y digo incertidumbre porque en política nada está escrito, así sea que los partidos recojan sus muestras (encuestas), nada está dicho, no es la primera estadística que falla.
Las variables son muchas para sacar un resultado aproximado a la realidad, las estadísticas sirven pero hemos visto que no son tan efectivas en materia política por esta misma razón.
Se tendrían que cruzar muchos enfoques: edades, nivel económico, geografía, empleo, religión, percepción de la política, militante o apartidista; confianza; interés en el partido o en la persona, popularidad, experiencia o inexperiencia política.
Cruzar toda esta información resulta una “locura”, de tal manera que la mayoría de las encuestadoras se concentran en el partido o en la persona, y se encasillan en dos variables de la que surge un resultado que la mayoría de los actores políticos dan como resultado contundente.
No decimos que no sean de utilidad las encuestas, lo cierto es que un método cuantitativo aplicado a un objeto de estudio tan cualitativo, como es el ser humano, no siempre arroja resultados certeros. El hombre es cambiante por naturaleza, incluso un estado anímico puede modificar una preferencia.
Por eso, estas elecciones que se aproximan son tan complejas, porque en las boletas electorales habrá de todos colores y sabores.
Las alianzas crearán una confusión sobre todo entre la población que no está familiarizada con la política, porque hay que decirlo, hay personas a las que les importa un “cacahuate” quién lo gobierna o representa; y por otro lado los ciudadanos que no saben leer ni escribir, no comprenden siquiera qué es una alianza. Y que quede claro, no es una crítica, es una realidad.
Y es que no en todos los distritos y municipios habrá alianzas, en algunos casos sí, en otros no. Por decir, para diputados locales no, pero para federales sí o para alcalde sí y otros municipios no. Así que la boleta será algo así como un tablero de serpientes y escaleras.
Pero hay una variable que no ha sido tomada en cuenta por ningún analista, incluso no he escuchado hasta entonces hablar del tema, por lo menos en lo personal.
Con corte del 15 de enero de este año, se prevé que 92 millones, 291 mil 871 personas se encuentran registradas en la lista nominal para votar el día 6 de junio.
Pero tenemos un problema, y grave: el COVID-19. No se ha tomado en cuanta (porque ni las autoridades de salud lo saben) ¿Cuántas personas de la lista nominal ya fallecieron? ¿Cuántas no votarán por hospitalización? ¿Cuántas no podrán ir a su casilla por estar en cuarentena? Y desgraciadamente, de aquí a la elección ¿Cuántos más morirán, estarán graves o impedidos para sufragar?
Al corte del 24 de enero, los números provocados por el virus van cada vez en incremento: 149 mil 614 personas tendrían que ser borradas de la lista nominal, pues han fallecido, y hasta eso, se habla de los casos conocidos y registrados.
De los decesos en casa y no registrados sería otro cantar, que a como se ha desarrollado la pandemia deben ser muchos, personas que no se presentarán el día de la votación y que sí tenían credencial de elector.
En el Estado de Veracruz las cosas no son diferentes, se nos han ido (hasta ayer) 6 mil 871 personas que seguramente la mayoría tenían credencial de elector, no obstante es preocupante que existen 48 mil 989 casos confirmados, de los cuales desconocemos el desarrollo de salud de esos contagios de aquí al día de la votación, más los que se acumulen.
Así que para despedirme, los invito a que tomen en serio a este virus y cumplan con las recomendaciones sanitarias recomendadas por las autoridades de salud.
Nos leemos hasta la próxima.