Leopoldo Tlaxalo

Las próximas elecciones las definirán los jóvenes y las mujeres, quienes pueden hacer perder o ganar a los candidatos sean del partido que sean, pues tanto los jóvenes como las mujeres son mayoría en el padrón electoral. Las mujeres por el sexto sentido que tienen y esa sensibilidad e intuición que les caracteriza saben cuando un@ candidat@ es sincero con la ciudadanía o si está utilizando una máscara para conquistar al electorado pero en el fondo es un lobo con piel de oveja. Otra característica que tienen las mujeres es que son agradecidas, nunca olvidan cuando alguien les tendió la mano, les hizo un favor o gestionó alguna ayuda en beneficio de ellas, cuando llega el momento de pagar ese favor recibido en las urnas no dudan en hacerlo y gracias a ellas han ganado muchos candidatos, pero también gracias a ellas han perdido aspirantes que no merecían ser representantes populares.
Como todos los seres humanos las mujeres también han cometido errores a la hora de elegir a los candidatos el día de la elección, pues algunos políticos son muy buenos actores y logran engañar al electorado mostrando una personalidad contraria a la que en realidad poseen. La decepción viene cuando el político ya está en funciones y empieza a mostrar su verdadero yo ante aquellos que confiaron en él o ella pero que con el paso del tiempo dejan ver que no merecían una encomienda tan importante.
Así como algunas mujeres agradecen lo que hacen los funcionarios por ellas, también saben cobrárselas cuando alguna persona no dio el ancho en la función pública. Desafortunadamente son más crueles con las de su propio género que con los hombres por considerar que cuando una mujer llega a la política es su deber apoyar a otras féminas. No todas lo hacen, no porque no quieran sino porque la mayoría de los funcionarios tienen un jefe a quien rendirle cuentas, alguien que los maneja a su antojo como si fueran marionetas.
Esta introducción viene a colación porque nos enteramos de muy buena fuente que algunas priistas y líderes de seccionales no quedaron satisfechas con el trabajo que desempeñó Fabiola Balmori Durazzo como regidora y directora en las últimas administraciones priistas, pues cuentan que cuando tuvo poder no siempre estuvo en sus manos darles ciertos beneficios a las mujeres de su partido. Las que no fueron beneficiadas con ciertas gestiones están muy resentidas con ella y ahora que competirá por la diputación local piensan hacerla perder en su distrito. Con esto queda demostrado que la peor enemiga de una mujer es otra mujer, que no es indio el que no se venga y que todo lo que siembras, cosechas.
Balmori no debe confiar en esas compañeras de partido que le dan el beso de Judas cuando la ven porque son ellas las que operarán el día de la elección para que muerda el polvo ante Maryjose Gamboa. Difícilmente ganará la elección la Balmori pues tiene al enemigo en casa. Dicen las malas lenguas que de todas las líderes hay una en especial que alberga en su corazón viejos rencores en contra de la Balmori y por eso trama su derrota. Debe tener cuidado Fabiola, se lo estamos advirtiendo con tiempo, que no confíe en esas personas que en el pasado hablaban mal de ella y ahora se venden como las mejores operadoras electorales y le prometen que la van a hacer ganar. Todo lo contrario, la van a hacer perder, en parte por venganza y en parte porque dicen los mismos priistas que Balmori representa lo que el electorado no quiere, aquello de lo que la gente ya está harta: las imposiciones, el dedazo y el fidelato.
Con estos antecedentes se vislumbra una derrota electoral para el PRI en el distrito donde competirá Fabiola. Dice nuestra fuente que el enojo de las líderes es que siempre son las mismas caras y no dejan llegar como candidatas a esas mujeres que se parten el lomo en cada campaña, esas que aunque no tengan muchos seguidores en facebook ni muchos likes en sus publicaciones han demostrado más lealtad que otros individuos a los que todo se les ha dado en bandeja de plata en el partido.
Todavía no empieza la campaña y ya están tramando, según nuestra fuente, la jugada maestra para que Balmori confíe en su triunfo pero a la mera hora podría quedar en tercer lugar pues esos priistas podrían trabajar incluso a favor de MORENA con tal de que no llegue la Balmori. Tampoco les conviene que sea diputada local porque automáticamente podría pretender seguir creciendo políticamente hasta llegar a la diputación federal. Y eso no les conviene a los hombres misóginos del PRI quienes ven con malos ojos como las mujeres destacan más que ellos y ocupan espacios que antes solo se repartían entre ellos. Sea como sea, son los propios priistas los que se oponen a que sus compañeros crezcan políticamente, ya sea por envidia, venganza, resentimiento, misoginia o por esa forma de ser del mexicano que recuerda a los cangrejos mexicanos en una cubeta que se jalan unos a otros para evitar que salgan a buscar una mejor calidad de vida.