Sergio Lara
A nueve meses de los asesinatos de Javier Campos y Joaquín Mora, sacerdotes jesuitas, en Cerocahui, Chihuahua, el nuncio apostólico Joseph Spiteri, señaló que se encuentran a la espera de la confirmación de la muerte de José Noriel Portillo Gil, apodado “El Chueco” y a quien se le atribuye el asesinato de los religiosos en Chihuahua.
“Las informaciones que tenemos son las que nos envía el gobierno, entonces tenemos que seguir y esperar que la justicia civil, del Estado y federal haga su curso. Acabo de estar hace poco en Cuauhtémoc para la consagración del nuevo obispo de la Diócesis de Cuauhtémoc Madera al lado de la Sierra Tarahumara la arquidiócesis de Chihuahua”.
Reiteró que todos los obispos de las regiones; los sacerdotes, religiosos y laicos están comprometidos con la paz y con la justicia en México.
“Puedo decir que todos los obispos de la región, todos los sacerdotes, religiosos y religiosas, los laicos están comprometidos con la paz y con la justicia, hasta el nuevo obispo de Cuauhtémoc hizo un llamado a nuestros hermanos y hermanas que se han alejado del buen camino digamos, jefes de carteles de arrepentirse, de reconvertirse y regresar al señor”.
Cabe recordar que el padre “Gallo” y el padre Joaquín, eran sacerdotes muy queridos por la comunidad rarámuri. Ambos dedicaron gran parte de su vida al servicio de los pueblos de la Tarahumara.
El 20 de junio de 2022, pasado el mediodía, ambos sacerdotes fueron asesinados en el altar de la parroquia de San Francisco Javier, en Cerocahui, Chihuahua.
Las autoridades han señalado que el autor de estos hechos es José Noriel Portillo, alias “El Chueco”, por quien se ofrece una recompensa de 5 millones de pesos.
No obstante, se presume que José Noriel Portillo Gil, apodado “El Chueco” y a quien se le atribuye el asesinato de los sacerdotes jesuitas en Chihuahua, fue localizado muerto.
Una versión no confirmada por las autoridades indica que el presunto narcotraficante fue hallado sin vida la noche de este martes en el Estado de Sinaloa.